NO ha sido sólo en Puntales, sino que en otras zonas del territorio beduino se han encontrado cucarachas de paseo desde que empezaron las calores. Ya lo indiqué en el artículo sobre el estado de la ciudad, que la gente se quejaba. Otros dicen que como Cádiz es una ciudad tolerante con los animales, y como no quieren matar ni una mosca, ni dejar pasear a unos mulos, ni que acampe un circo, pues ocurren estas cosas. Las cucarachas se han venido arriba y es como si pensaran: “¿Nosotras? Gaditanas como tú”. De modo, que okupan las alcantarillas y más sitios que no diré, por no revolver las digestiones; y salen de paseo, porque se aburren.

Al día siguiente de ser proclamado alcalde José María González Santos, empezaron a publicar en Facebook y otras redes sociales que Cádiz estaba más sucia. “Esperarse un poco”, pensé yo. Y ahora están diciendo que en Cádiz se les ha ido la manita con las cucarachas, que este año las campañas plaguicidas (que son un exterminio de los pobres bichos) han empezado tarde y mal. Por lo cual, las reservas de cucarachas para venir a Cádiz este verano han aumentado, y estaban las alcantarillas abarrotadas, como si fuera un domingo de Carnaval.

Por lo demás, no es tan raro encontrárselas por las calles, ni siquiera en los pisos de las zonas afectadas. Algunas entran volando, o trepando, tienen mucha movilidad. Lo malo es que nos acostumbremos, como en las novelas de García Márquez, que sitúa plagas en Macondo, y él tuvo una de murciélagos en su casa de Aracataca. En la Biblia ya aparecían las plagas, a modo de maldición. Y en La metamorfosis de Kafka, si Gregorio Samsa hubiera sido gaditano, se hubiera convertido en una cucaracha.

Este es un ejemplo más de que los políticos viven alejados de la ciudadanía. ¿Por qué la oposición no se queja de la plaga de las cucarachas gaditanas? En la Universidad de Podemos, montaron un dúo tipo Epi y Blas, con Kichi y Pablo Iglesias, pero no hablaron de esto. Deberían saber que estos insectos son odiados por las mujeres. Siendo así que atenta contra la igualdad y el feminismo. ¿Por qué tantas mujeres gritan y huyen cuando ven una cucaracha? Es una fobia ancestral. Vuelvo a la Biblia: cuando sucede lo de Eva en el paraíso, se establecen hostilidades eternas entre la mujer y la serpiente, pero nada se dice de las cucarachas y los ratones, a los que asimismo odian.

Las plagas de insectos se consideran un síntoma de los territorios subdesarrollados, tercermundistas, sucios y abandonados. Que cada cual saque sus conclusiones.

José Joaquín León