LA dana de Valencia de 2024 fue una gran catástrofe, en la que murieron 219 personas. Pero murió algo más: la inocencia de los políticos ante las catástrofes naturales. Es cierto que la gestión de Carlos Mazón aquella tarde fue penosa, y que debió dimitir. Pero no se puede suponer que hubieran muerto menos personas, en caso de enviar antes las alertas, ya que algunos fallecieron cuando veían la inundación y se arriesgaron sin medidas de autoprotección que son elementales. Pero lo peor es que se han utilizado las mentiras de la dana como una forma de hacer daño, con la excusa de buscar responsabilidades políticas.
Un estudio académico elaborado por los profesores Germán Llorca Abad, de la Universidad Politécnica de Valencia, y Alberto E. López Carrión, de la Universidad Internacional de Valencia, ha llegado a una terrible conclusión: los bulos en las redes sociales aquella tarde agravaron las consecuencias de la dana,y la difusión de mentiras complicó la labor de los servicios de Emergencia.
Se trata de una investigación rigurosa, basada en 185 piezas periodísticas de 14 medio digitales líderes, en las que hay 192 menciones de bulos. El 75% de la desinformación era información falsa intencionada, creada o compartida para sembrar el caos. Sólo el 25% se podría considerar información errónea sin mala fe. No encontraron ningún caso de información veraz utilizada para combatir los contextos falsos.
Es sorprendente la poca difusión que se le ha dado a ese estudio riguroso sobre los bulos de la dana. Quizás porque una de sus conclusiones es que los entornos periodísticos profesionales difundieron hasta un 28% de los bulos sin comprobarlos. Uno de los casos más clamorosos fue el bulo que afirmaba que el parking subterráneo del centro comercial Bonaire estaba lleno de vehículos con cadáveres en su interior. El estudio cita nombres de figuras mediáticas e influencers que propagaron ese bulo, como María Pombo, Iker Jiménez, o Rubén Gisbert. Sólo se aclaró la verdad cuando se emitió un desmentido de las fuerzas de seguridad. Aunque la falsa noticia incluso salió en telediarios.
Las mentiras de la dana han proseguido después con otros sucesos y catástrofes, como se ha visto en algunos incendios del verano. Y frecuentemente con el objetivo de causar un daño político. Es síntoma de una sociedad a la deriva, inmoral, que recurre a las mentiras hasta en momentos de dolor.
José Joaquín León