AVISO a los navegantes: es una tentación muy grande tomarse a cachondeo el maremoto del 20 de noviembre. Como muchos gaditanos, por cierto. Predomina una teoría, muy extendida, según la cual este simulacro de maremoto (no le digáis tsunami, que suena a japonés) es un invento del consejero de Emergencias, Antonio Sanz. ¿Para distraer a la gente de los cribados? No, para suministrar un material adecuado a los repertorios del Carnaval de Cádiz de 2026. Para los cuplés puede ser estupendo. Y, además, que tal como se ha planteado no parece un maremoto de verdad, sino lo que es: un simulacro. Los maremotos de verdad no suelen avisar una semana antes, ni decir que te van a enviar la señal de emergencias modelo Ventorro el 20 de noviembre a las 10:03 de la mañana.

A esa hora empezarán a tocar todas las campanas de las iglesias de la ciudad, como si fuera el día del Corpus. Ni que saliera una procesión magna, o algo así. Y fíjense el día que han elegido para este maremoto de pitiminí: el 20 de noviembre de 2025, cuando se cumplen 50 años de la muerte de Francisco Franco. Ni que el maremoto estuviera cara al sol, con la oleada azul. Y lo que más se está criticando: no está previsto que salga el estandarte de la Virgen de la Palma.

En Cádiz, sin estandarte, no se puede parar un maremoto. Eso se sabe desde el día de los Tosantos de 1755. Han pasado 270 años, y desde entonces no hemos tenido un maremoto como aquel. Gracias a Dios. Parece que también los maremotos se están perdiendo, aunque algún día podría llegar uno. Probablemente, sin avisar, según está escrito: no sabéis el día ni la hora. Eso también se aprende en la parroquia de la Palma.

Medidas de precaución ya las tenemos. La Virgen de la Palma está junto a la Caleta, la Virgen del Carmen junto a la Alameda y la Virgen del Rosario, que es la patrona, junto al muelle. Precisamente, en el muelle el simulacro que han montado tendrá un momento especial. Otro será en el Museo para que no se mojen los cuadros ni los fenicios.

Dicen que van a participar unas 20.000 personas en este evento. Va a tener más éxito que el Gades romano. Lo podrían promocionar en el próximo Fitur. Con un video, como los de las olas de 25 metros de los surferos de Nazaré (Portugal). A los hoteles y los bares les vendría de lujo tener un simulacro de maremoto caletero todos los años. Podría ser el 1 de noviembre, quedaría más nuestro que las fiestas de Halloween.

Pero lo principal es que un maremoto sin estandarte de la Virgen es tó pa ná, como dice Juanma.

José Joaquín León