CANTABA Lucho Gatica que la distancia es el olvido. Y después lo han cantado muchos más, en diferentes versiones. Pero no hace falta recurrir al bolero para dar el cante. En Cádiz lo vemos constantemente. La distancia es la excusa para el olvido y el abandono. A Cádiz la engañan casi de continuo, con promesas que no se cumplen y con silencios que caen en el olvido, entre la indiferencia. Cádiz sólo es noticia para el cachondeo del Carnaval, para los conflictos del Metal, o para los simulacros de catástrofes, en los que se representa un teatro imaginario. Por cierto, felicidades a la niña que llevó un estandarte. No podía faltar.

Los proyectos para 2050 del POT son bien intencionados; pero algunos, como el enlace ferroviario de las dos Bahías, ya lo prometieron en el siglo XIX. La reforma de la alta velocidad anunciada por el ministro Óscar Puente vuelve a dejar en el olvido a Cádiz. Contrasta con las mejoras en otras ciudades, incluso andaluzas, como la llegada de la alta velocidad a Huelva y Almería. Con la velocidad mejorada del AVE se podrá ir desde Madrid a Barcelona en el mismo tiempo que se tarda en tren de Sevilla a Cádiz: algo menos de dos horas.

Por carretera sigue la marginación, ya que están en un horizonte lejano las obras para el tercer carril de la AP-4 entre Sevilla y Cádiz. Y no hay urgencias en la autovía inconclusa de la A-4 entre Jerez y Dos Hermanas. Ni en el enlace por autovía entre Vejer y Tarifa en la antigua N-340, o el enlace entre Jerez y Antequera para agilizar los desplazamientos a la A-92 y facilitar el tráfico a la Andalucía oriental y el Levante español.

El nuevo hospital de Cádiz y otras obras eternas forman parte de las promesas que aún no se han cumplido. El catálogo es extenso. Pero vemos con sorpresa que el olvido ha llegado incluso a la Santa Madre Iglesia, que aceptó las renuncias de los obispos de Córdoba y Málaga, y nombró a dos nuevos prelados que han tomado posesión este año. Mientras al obispo de Cádiz y Ceuta, Rafael Zornoza, que presentó la renuncia hace 16 meses, no se la aceptaron, lo han mantenido; y ahora hay cretinos diciendo en televisión que ha dimitido forzado por un caso de pederastia, y que por eso se la van a aceptar, cuando la renuncia que presentó en julio de 2024 es por cumplir la edad de jubilarse. Si Cádiz ya tuviera un nuevo obispo en ejercicio, el daño hubiera sido menor. Aparte de que la primera piedra se la han tirado los que deberían haber sido más prudentes.

¿La distancia es el olvido? El mal trato a Cádiz es tan habitual que ya nada sorprende.

José Joaquín León