ES difícil de explicar el besamanos magno que se ha organizado hoy y mañana en los templos de Cádiz. Es difícil, porque tiene un fundamento, bastante coherente, pero hay que entenderlo. Se celebra dentro de los actos del 150 aniversario del nombramiento de la Virgen del Rosario como Patrona de Cádiz. Por ello, Vírgenes dolorosas y gloriosas que, al parecer, ascienden a 40, serán expuestas en sus templos, como un honor más a la Patrona. Se celebra en estas fechas porque mañana es la fiesta mariana de la Asunción. Pero hay que explicarlo bien, porque se trata de unos actos de culto interno (dentro de los templos), y no tienen nada que ver con las barbacoas, ni con el Carnaval de verano, ni con los eventos lúdicos de agosto.

Ese es el problema: la confusión. Conste que la crítica es también autocrítica. Yo estuve en la reunión que planteó un besamanos magno en torno al 15 de agosto, y a todos nos pareció bien. Sin embargo, viendo la evolución de los acontecimientos, ahora creo que hubiera sido mejor organizarlo en otras fechas. Más que nada porque se está dando la impresión de que así como hay un Carnaval veraniego, también hay unas cofradías veraniegas, aprovechando que viene más gente. Los besamanos (todos, en general) no se organizan para el turismo, sino para los devotos de las imágenes. Igual que las procesiones extraordinarias y todo eso.

Ya he escrito en alguna ocasión que cuando lo extraordinario se repite con demasiada frecuencia se convierte en ordinario. Cádiz ha pasado de un extremo a otro: de no autorizarse coronaciones, ni apenas procesiones extraordinarias, a dar carta blanca para todo. En otras ciudades, como la mismísima Sevilla, ya se están recortando. Sin embargo, aquí se han puesto de moda los vía crucis diocesanos y magnas, desde que gustaron los de 2011 y 2012. Sin entender que entonces tuvieron un sentido y una excepcionalidad. Eran novedosos, y eso también los hacía atractivos en otras ciudades. Mientras que ahora se ve como una procesión extraordinaria más en Cádiz.

Animo a todos a que participen en los besamanos. Además de los motivos religiosos, por ver bellos montajes efímeros. Esta convocatoria es arriesgada. En Cádiz, los besamanos y los besapiés no suelen tener tanto seguimiento como en Jerez, sin ir más lejos, donde organizan rutas por los templos todos los fines de semana de Cuaresma. En Cádiz, sin embargo, se pierde una parte de la Cuaresma con otras distracciones. Y después convocan muchos actos extraordinarios fuera de temporada.

José Joaquín León