ENTRE todos los fichajes que podría presentar el Cádiz CF para la próxima temporada, el mejor sería el de Paula Echevarría. En vez de mosquearse para animar el ambiente, Manolo Vizcaíno y Quique Pina deberían firmar donde hiciera falta para contratar a esta señora. Todo lo que toca ella se convierte en oro. De modo que si posa con una camiseta del Cádiz, se venderían muchas más que las de Neymar el día que fichó por el París Saint Germain. Sería una fuente de ingresos añadidos, y se dispararían hasta las falsificaciones que ofertan en la calle Compañía. Además, a sus 40 años recién cumplidos, Paula es una it girl, mientras que un futbolista es más viejo que Güiza. Y vende mucho más una influencer que un crack.

Recordemos que Paula Echevarría es una asidua visitante de Novo Sancti Petri. A Chiclana no va para comer tortilla en la playa, como algunas alcaldesas, sino que se aloja en el Hotel Meliá Sancti Petri, según leímos en el Diez Minutos y el ¡Qué me dices! Y tiene una suite gratis, porque promociona el establecimiento. Unos días después, viajó a Marbella, donde se alojó en semejantes circunstancias. Eso sí que es un arte: veranear en playas de lo que antes se llamaba la jet-set (ahora no pasan de ser ricos y vividores), y que te salga gratis, y te lo sirvan todo en bandeja, sin necesidad de llevarte la tortilla de papas como una alcaldesa.

La que vale, vale. Paula vale su peso en oro. O más, porque no pesa demasiado. Es un ejemplo más de que aquella campaña de los fofisanos era mentira. Paula es la perfecta influencer. Cuando se pone un bikini de Calzedonia, todo el mundo se entera de que se bañó con un bikini de Calzedonia. Así que la Nina, la Mimi y la Desiré también lo saben, cuando van a Calzedonia, a por un bikini como el de Paula Echevarría, que ¡oh! ya están agotados. Pero entonces aparece con otro modelo, y se acaba también.

Igual que la moda de los flamencos rosas. Paula publicó una foto en Instagram con un flotador del flamenco rosa. Y ya todo el mundo que va a la piscina de sus cuñados, se hace la fotito con un flamenco rosa. Es el flotador del verano. Y porque a esta señora no se le ha ocurrido cantar ninguna canción sexista, como el Despacito de Luis Fonsi. Afortunadamente, no aparece en la lista negra elaborada por la nueva inquisición.

Entre fichar a Neymar y a su padre, o apostar por Paula Echevarría, es  más rentable ella. Dispararía la venta de camisetas (incluso la rosa), con toda seguridad. Podría ser una embajadora del Cádiz CF. Igual que ya lo es del turismo en la provincia, sin que la haya contratado la Diputación, ni la hayan nombrado Hija Adoptiva.

José Joaquín León