SE ha dado a conocer en este Diario, recientemente, la extinción de la Asociación de Amigos del Folklore, que organizó el Festival Internacional Ciudad de Cádiz hasta 2011. Dejaron de percibir subvenciones en 2012, el año del Bicentenario de la Constitución. Es decir, que cuando se destinó bastante dinero para espectáculos en Cádiz, se lo regatearon a esta asociación, que presidía Antonio Fernández-Repeto. Junto a Manuel Granado y a otros colaboradores, pusieron en marcha un festival que también le dio vida al Teatro José María Pemán (cuando funcionaba). Además, ayudaron a la actividad de los grupos folklóricos gaditanos.

Aquellos festivales duraron 29 años y sirvieron para que llegaran a Cádiz más de 170 grupos de unos 60 países. Hasta que les cortaron unas subvenciones que utilizaban para asumir los gastos. Se han extinguido recientemente porque han tardado seis años en cobrar la última, que necesitaban para liquidar. Como se publicó, el remanente lo han donado con fines benéficos, al comedor de María de Arteaga, Calor en la Noche, las Fundaciones Dora Reyes y Virgen de Valvanuz, las Hermanas de la Cruz y la Asociación de Niños Autistas. Todo lo que consiguieron estos Amigos del Folklore en Cádiz ya es historia. Han pasado al recuerdo de los espectáculos que perdimos.

En este caso, se debe apuntar que no se ha perdido por culpa de los de Podemos (aunque tampoco son entusiastas), sino que venía de antes, con los del PP. En verdad, se fue perdiendo por una bobada social, impuesta por los Enemigos del Folklore, que sin tener asociación constituida han deformado la opinión de quienes carecen de capacidad de pensar. Así se llegó a la conclusión de que todo lo folklórico es casposo, reaccionario, carca y bastante facha. Quizá por aquello de que el régimen franquista potenciaba los bailes regionales y la Sección Femenina creó grupos. Es cierto que cada vez hace más falta la Memoria Histórica, para rebatir estupideces. En un programa de televisión se llegó a decir que los libros de Federico García Lorca estaban prohibidos en la España de los años 60.

En Andalucía, tan folklórico era Carlos Cano como Rocío Jurado. Son las coplas y el baile del pueblo. En Cádiz aún sobreviven grupos que interpretan el folklore, como la Asociación de Danzas Folklóricas de Paca Briceño. Ahora es una actividad casi marginal, que lucha contra la corriente. En esto, como en tantas cosas, hemos despreciado nuestra historia por manipulaciones políticas, por complejos y por ignorancia.

José Joaquín León