CÁDIZ no ha sabido aprovechar los terrenos ganados al mar que dieron origen al barrio de San Carlos. Desde la plaza de España en adelante, todo ha fracasado. Fracasó la propia plaza, que hoy sólo sirve como aparcamiento de zona azul, con un bonito monumento. Fracasó la antigua estación de autobuses de los Comes, a la espera de que se inaugure la nueva. Fracasó todo lo que se ha instalado en la Punta de San Felipe, incluidos los proyectos nonatos, como el del hotel. Fracasó hasta la Velada de los Ángeles, a la que le dieron la puntilla allí. ¿Y saben por qué fracasa todo? Porque el lugar es inhóspito en invierno, y un tostón en verano cuando sopla el viento de levante.

Mientras se habla de recuperar el muelle, no olvidemos que Cádiz está dando la espalda (por decirlo fino) a todo el frente marítimo de Intramuros; también al antiguo paseo de Canalejas, donde en otros tiempos se representaban las funciones de títeres. Así las cosas, la plaza de España actual es un fracaso. Debería ser un lugar emblemático de la ciudad. El monumento de las Cortes y la Constitución fue construido para festejar el Centenario en 1912. Con la intención de que se convirtiera en el gran monumento laico de Cádiz, un símbolo representativo. Nunca lo ha sido. Tan sólo aparece en fotos con intenciones políticas, cuando se celebró el Bicentenario, o cuando viene Albert Rivera para decir que Ciudadanos es heredero de los liberales de Cádiz. Gestos para la galería. Para colmo, ese monumento necesita una restauración a fondo.

Convertir la plaza de España en peatonal, como propone Martín Vila, está bien sobre el papel. Pero no olvidemos la realidad. Ahora funciona como una amplia zona azul de aparcamientos. Aparte de las necesidades de carga y descarga de los vecinos (que no cargan ni descargan en la calle Ancha, por ejemplo), hay unos ingresos municipales que se perderían y unos aparcamientos que no se compensarían. Sería bastante más coherente peatonalizar la plaza de España después de crear más aparcamientos en las cercanías. El subterráneo de Canalejas no será suficiente, además de que tiene unos precios para guiris.

La posibilidad de que el botellón acabe colonizando la plaza no es descartable. El ambiente nocturno gaditano ya está brillando por las calles Manuel Rancés, Beato Diego y otras en los alrededores de la plaza de España. Estas cuestiones, y algunas más, hay que valorarlas y prevenirlas. Antes de cometer errores graves, que después sólo se reparan haciendo justamente lo contrario.

José Joaquín León