UN amigo residente en Cataluña me comenta que todo lo que está sucediendo allí es carnavalesco. Empezando por Carles Puigdemont, que luce un peinado como de los Beatles de Cádiz. Oriol Junqueras daría un tipo estupendo para una chirigota con gracia, como la de El Sheriff. Los Mossos en los colegios electorales parecían un cuarteto. Y cuando el Govern formó el grupo, al final de la jornada, y se pusieron solemnes, parecía que esperaban los premios: “En la ciudad de Barcelona, reunido el jurado, después de abrir las urnas, que ya venían abiertas, hemos acordado el siguiente fallo: Coros: Primero, ‘La Independencia’, 101,8 puntos. Segundo ‘La Unidad’, 5 puntos. Tercero, ‘El Circo’, 2 puntos. Accesit: ‘Picoletos y charnegos’, 0 puntos. Y así... Las urnas eran como de un romancero, por cierto.

Pero no pensemos que esto que han montado Puigdemont y compañía es gracioso, al modo de una chirigota con clase. Es triste, al modo de una comparsa reivindicativa. Tampoco crean que las discusiones sobre la legalidad de la consulta ilegal son como las divergencias por el reglamento del COAC. Nada de eso. Aunque pudiera ser que alguna influencia les haya quedado después del Carnaval en el Liceu, que se celebró con tanto éxito de crítica y público. Pudiera ser que en Barcelona confundan el paro de país con una cabalgata. O las tractoradas pacíficas de los payeses con un carrusel de coros. Al Falla han llegado agrupaciones desde casi toda España, pero en Cataluña no se animan a sumarse. Les gustará más el Carnaval de Vilanova i la Geltrú.

En realidad, en La Vanguardia y otros periódicos catalanes, antes del éxito del Liceu, sólo se hablaba del Carnaval de Cádiz cuando cantaban ciertas letras. Y si una comparsa de las de antes de Kichi cantaba un pasodoble defendiendo la integridad de España, y criticando alguna barrabasada de CiU o de ERC, allí arremetían en contra, y venían a alertar para que se fijaran en lo que cantaban esos caricatos gaditanos.

En el próximo Carnaval no sé lo que cantarán. Puede que unos canten a favor de España, según lo que piensan, si no se acobardan. Y puede que otros se muestren tan comprensivos y sumisos con los independentistas como están los de Podemos. Tampoco se sabe lo que aplaudirá el público, que en general puede ovacionar una copla y la contraria, ya que no se juzgan las ideas, sino la actuación, según oí el año pasado.

Como el COAC 2018 empezará pronto, ya falta menos para salir de dudas, y que se oigan los cantes y se vean los plumeros.

José Joaquín León