HA sido un detalle bonito inaugurar la estación de autobuses de Cádiz en las vísperas de la Virgen del Rosario. Como un acto previo al pregón que pronunció Luis Rivero. Sin embargo, con la inauguración, ha quedado de manifiesto que a Cádiz le faltan dos avenidas, y que se deben terminar cuanto antes mejor. Esta ciudad sólo tenía la Avenida, que en sus inicios fue de origen romano. En los tiempos post romanos de la alcaldesa Teófila y del ministro Álvarez Cascos se construyó la avenida del soterramiento sobre la vía del tren, dedicada al rey Juan Carlos I. Desde entonces, Cádiz tenía dos avenidas de verdad y algunas más de mentira, como la avenida de la Bahía, donde construyeron un paseo marítimo, pero no una avenida verdadera que encauzara la salida de tráfico.

Tras la inauguración del nuevo puente, como se ha recordado con motivo de la visita de Ana Pastor (por entonces ministra de Fomento), la ciudad consiguió una infraestructura puntera de ahora o nunca. Es decir, que ahora nunca se haría, si no estuviera ya terminado. Sin embargo, se percibe una grava carencia, una vez que tenemos el Segundo Puente, y que Chiqui Jiménez Barrios por fin ha inaugurado la estación de autobuses construida por la Junta, sin que viniera Susana Díaz. Me refiero a que la conexión de la estación de autobuses con el puente es desastrosa, y a que tampoco contribuye a facilitar el enlace entre Cádiz Este y Cádiz Oeste; esto es, entre el barrio de Astilleros y el Paseo Marítimo.

A Cádiz le faltan dos avenidas para tener un urbanismo a la altura de sus actuales circunstancias. Son la avenida de Astilleros (carretera industrial) y la Transversal. No entiendo la polémica que montaron por el carril bici en el interior del muelle, cuando es mucho más importante tener una avenida de Astilleros que no sea una ratonera, donde no hay espacio ni para el nuevo carril bici. Así que esa es una prioridad evidente.

La otra es terminar la Avenida Transversal (como popularmente es conocida), desde la glorieta del puente hasta el Paseo Marítimo a la altura de Asdrúbal. Para ello sólo falta lo que falta: el enlace a la altura de San Severiano, junto a Guillén Moreno. Un nudo problemático, como se sabe, pero imprescindible, porque  han gastado una millonada en la avenida y sólo sirve a medias.

Es un asunto mucho más apremiante que la mayoría de las paridas con las que pierden el tiempo en el Ayuntamiento. En casos así se nota que no tienen un modelo de ciudad. Cádiz funciona a lo loco, y a lo loco se vive mejor; o eso suponen.

José Joaquín León