LAS excursiones que la Autoridad Portuaria de la Bahía de Cádiz está organizando resultan un poco catetas. Ahora han ido a Barcelona, que al menos resulta más cosmopolita que el anterior viaje a Málaga, una ciudad que se encuentra en nuestra comunidad autónoma de Andalucía, a poco más de dos horas por carretera. Visitar Málaga, como quien va a Hamburgo o Amberes, no dejó en buen lugar a los excursionistas, según mi opinión. Me parece un viaje más adecuado para un centro de mayores, o un colegio concertado o público. Pero, bueno, siempre se aprende algo. Tampoco es tan grave; y si se distraen, mejor para ellos y ellas.

A Barcelona ha ido una delegación encabezada por mi estimado José Luis Blanco, presidente de la APBC, al que seguro que no le hace falta el viaje para saber cómo funciona ese Puerto. Pero le acompañaban representantes del Ayuntamiento, como Laura Jiménez, la concejala de Turismo (¡Ojo! Y de los tres grupos de la oposición, el PP, el PSOE y Ciudadanos), y de la Diputación, y de la Junta de Andalucía. Y hasta de los empresarios, y los comerciantes, e incluso de los estibadores. Aquí todo el mundo se apunta a un viaje. Podrían haber ido también representantes de los taxistas, aunque se ocupan en otras cuestiones. Los viajeros se hicieron una foto de familia en el Puerto de Barcelona, igual que nos las hacemos en las excursiones. Y la habrán puesto en Facebook, supongo, aunque no lo he mirado.

También supongo que habrán llegado a la conclusión de que Barcelona es Barcelona y Cádiz es Cádiz. Hay similitudes, como que llegan muchos cruceros. Allí han despertado la turismofobia entre los colegas de la CUP, aunque de eso se hablaba antes de declarar la independencia. Barcelona tiene tantos cruceristas que ya les da coraje, y no son recibidos con tanto cariño como aquí, donde la gente es más simpática.

Por lo demás, es verdad que Barcelona fue pionera y que su Centro Maremagnum ha sido el primer referente de que un puerto viejo se podía convertir en un aliciente nuevo. Empezó a funcionar en 1995, por lo que llevan más de 20 años de ventaja. Y se puede considerar como una Punta de San Felipe, pero bien montada. Para pijos, más que para angangos. De ahí la diferencia del éxito. No es lo mismo encontrarte al Messi verdadero, tomando un refresco con Antonella, que al Messi de los canutos. Por ahí va el asunto.

Cádiz tiene la suerte de que no necesita un barco de Piolín que se quede en su Puerto. En algunas cosas están mucho mejor, y en otras peor. También lo habrán visto.

José Joaquín León