EN Cádiz han tocado el Gordo y el segundo premio. Se dice así, y te crees que la ciudad está nadando en riquezas, con los gaditanos y las gaditanas brindando masivamente con fino de Jerez o cava de la tierra. Sin embargo, matizo la realidad, en plan cenizo: han tocado cuatro décimos del Gordo y tres décimos del segundo premio. Es decir, 1,6 millones del primero y 375.000 euros del otro. No está mal, por supuesto, pero suman menos de dos millones de euros. Sin contar el quinto, que tocó frente al estadio, y en otros municipios de la provincia. Una minucia, si se comparan con los 528 millones que han repartido en Villalba (Lugo) con 132 series del Gordo. O los 129 millones de Málaga.

Sin embargo, hay que elogiar la fortuna que tienen las Manolitas gaditanas en el punto de venta en la avenida del Puerto. Allí la maquinita ha dado cuatro décimos del Gordo y uno del segundo. Siempre me ha parecido inquietante el sistema de la maquinita al azar, para este sorteo y para todos los demás. Por ejemplo, en la Lotería Primitiva o el Euromillones, ¿por qué salen unos números y no otros? ¿Por qué toca aquí y no en el punto de venta existente tres calles más allá? Será la suerte de los campeones.

Las maquinitas están acabando con la tradición de la Lotería de Navidad. Esas series buenas, con sus 10 décimos cada una, que la lotera o el lotero corta con esmero. Esos décimos que en muchos casos sirven como participaciones para que los jueguen las hermandades y cofradías, las peñas carnavalescas, la agrupación local del PSOE, la Asociación de los Reyes Magos, o lo que sea. Esos números pedidos con tiempo. Y el 155 que no tocó, anda que se han lucido.

Felicidades a los afortunados, pero se debe decir que el mayor premio del año no lo ha dado la Lotería Nacional en este sorteo. El mayor premio del año lo han dado la Iti y la Edusi, que tienen nombres de loteras clandestinas. Pero ahí también pasa igual que con la maquinita: se reparte de un modo que no se sabe muy bien como te toca. Y, al final, ¡pum!, aparecen los del pelotazo. En el Plan Bahía de Cádiz Competitiva sí que repartieron buenos premios.

Llegará el día en que las máquinas aprendan por su cuenta, y el Estado (al que siempre le toca) las ponga automáticas del todo, y se pierdan los loteros y las loteras, como se están perdiendo los décimos con la Adoración de los Pastores, de Murillo, que se quedan para los coleccionistas. Puede que entonces le toque el Gordo de la maquinita a un robot necesitado, que brindará con petróleo de Repsol y se comprará un Porsche.

José Joaquín León