HOY comienza oficialmente la temporada de invierno en la costa de Cádiz, después de que ya hayan cerrado todos los hoteles y chiringuitos que debían cerrar. En Cádiz y su provincia se ha creado una falsa impresión con la polémica chiringuitera. Hasta han apelado al cambio climático para afirmar que el sol permite aprovechar las playas en los meses más fríos. Y es verdad, excepto en los días de temporal o inundaciones. Pero eso no significa que aquí se aproveche bien el turismo de invierno. Antes al contrario, es de las zonas costeras de España que peor funcionan en cuanto llega el otoño. Asignatura pendiente. Frente a los chiringuitos de invierno abiertos están los hoteles cerrados.

Esto se nota en los datos del paro y en la tristeza de la costa. Sobre todo en el Novo Sancti Petri, donde cuentan con más de 12.000 plazas hoteleras, y tan sólo van a tener dos hoteles abiertos todo el año: el Barrosa Park y el Iberostar Royal Andalus. Según los datos del Ayuntamiento de Chiclana, que preside José María Román, en el Novo Sancti Petri han cerrado 13 de los principales hoteles. Entre ellos están los más famosos, como el Meliá Sancti Petri, el Vincci Costa Golf y el Barceló Sancti Petri. Son hoteles de lujo, que hacen su agosto en el mes de ídem, cuando una habitación cuesta lo que cuesta. Y aunque los spas del Novo suelen ser de categoría, tampoco abunda el personal rumboso fuera de temporada. Existe la teoría de que el turismo de invierno se nutre de pensionistas y turistas de países tiesos del antiguo telón de acero.

Sin embargo, en Baleares, en Canarias, en la Costa Brava, en Benidorm y en la Costa del Sol de Málaga, además del Algarve portugués, el turismo de invierno funciona bastante mejor que aquí. Atrae a mayores del Reino Unido (a pesar del Brexit) y de Alemania, además de los viajeros del Imserso.

Por cierto que no sólo el Ayuntamiento de Cádiz crea mesas. Existe también una Mesa Provincial del Turismo, que se ha reunido en la Diputación con Irene García, y han pedido más vuelos y promociones en temporada baja. Deberían empezar por no cerrar los hoteles. En Cádiz ciudad, al lado de los chiringuitos de invierno, hay hoteles de primera línea de playa Victoria que cierran habitaciones y reducen personal, aunque siguen funcionando. También hay en la ciudad otros hoteles, que permanecen abiertos todo el año y no dependen de las playas.

Se trata de explicar que Cádiz en diciembre  no es como en agosto, pero tampoco es como la Antártida. Hay que potenciar los hoteles de invierno, no sólo los chiringuitos.

José Joaquín León