ESTO parece una locura, pero tiene fundamento. Una vez más, el mundo imita al Carnaval de Cádiz, que sólo por eso ya debería ser Patrimonio de la Humanidad. Vean que ahora algunos pelotas americanos han pedido el Nobel de la Paz (nada menos) para Donald Trump, porque se va a entrevistar con el líder coreano Kim Jong-Un (puede que en Mongolia o en Singapur) y van a arreglar el mundo, y acabar con la amenaza nuclear, la guerra de las dos Coreas, y todo eso. Y digo yo, y ahora lo explico: en tal caso, el Nobel de la Paz se lo deberían dar a El Selu (que es el Trump verdadero) y la reunión hacerla en Cádiz, en el Palacio de Congresos (como aquella Cumbre Iberoamericana), y que cante la chirigota ‘Grupo de Guasa’, que es la que les ha dado la idea de juntarse.

En Cádiz hay mucho arte y artistas, y entendemos de p.m. a los coreanos. Hoy, que es el día 1 de mayo, recuerdo a un querido sindicalista, Jesús Gargallo, cuando fue el líder sindical de los astilleros. Capitaneó una manifestación de protesta en la que se disfrazaron de coreanos, porque allí hacían dumping con los barcos y los vendían más baratos y dejaban tiesa a la Bahía. Salielon disflazados de koleanos y hablando así, diciendo Loma que Loma que toma, sin las erres, polque el amalillo siemple ha sido glolia bendita pala los cadistas.

Aquello de Gargallo y los sindicalistas fue un precedente, un aviso a los coreanos, pichita, dejad algún barco para los demás. Pero en el Carnaval de 2018 volvimos a la crisis de Corea. Y vimos que  Donald Trump bajó del Air Force One disfrazado de Selu García Cossío, y que el malvado Kim Jong-Un se disfrazó de José Mari y se colocó en la punta izquierda de la chirigota. Ahí se reunieron por primera vez estos dos. ¿O no los vio todo el mundo en el Gran Teatro Falla?

Al Selu unos lo criticaron porque su chirigota cantó en un mitin de Podemos y otros porque lo hicieron en un mitin de Ciudadanos. ¿Y qué? ¿No ven que están arreglando el mundo? Por eso se merece el Nobel de la Paz, porque Trump le ha plagiado el tipo y las ideas. Recuerden que esos dos se llevaban a matar. Todos decían que Donald era un patoso y que Kim era un loco de manicomio antiguo. Un peligro para la paz mundial. Y, de pronto, no se sabe por qué, se arrepiente, y va a tirar las armas nucleares a la basura, y es más bueno que el pan con manteca colorá que se come José Mari…

Lo que hacen Donald Trump y Kim Jong-Un para ir de gira con una chirigota es increíble. Y, además, copiando, porque ya habían salido este año en Cádiz.

José Joaquín León