VUELVEN las motos este fin de semana al Circuito de Jerez con el Gran Premio de España. Vuelve la Motorada a este rinconcito de la provincia, sobre todo a Jerez y El Puerto. Vuelven los hoteles de la Bahía de Cádiz a conseguir un alto índice de ocupación, a pesar de que no hemos tenido un tiempo que resulte apetitoso para las playas. Con ello se ve que aquella inversión, tan criticada y denostada en su día, ha sido como una mina para la provincia. Puede que incómoda, por ruidosa, y un poco tostón para quienes no son aficionados a las motos, pero lo mismo pasa con otras minas, que suelen ser molestas. Todo tiene su cara y su cruz.

En el caso del Circuito de Jerez, la cara fue la de Pedro Pacheco, cuando era alcalde, y también se debe recordar a Manuel Chaves, que echó un cable cuando era presidente de la Junta de Andalucía. El Circuito de Jerez fue inaugurado en 1985. En principio, la idea era que acogiera los premios de la Fórmula 1, como sucedió desde 1986 a 1990. Pero después la fama y el éxito le llegaron con el Mundial de Motociclismo, que empezó en 1987 y ya ha cumplido más de 30 años. Tanto es así que en otras ciudades españolas han copiado el modelo y han construido circuitos. Ahora incluso quieren crear uno en Carmona, para que Sevilla tenga el Circuito de Andalucía, olvidando que no hace falta, sería una parida, pues ya está en Jerez, a menos de 100 kilómetros, desde el siglo pasado.

Hace una semana que salió Pedro Pacheco de la cárcel de Puerto 3, por otros motivos, y lo primero que dijo fue que Jerez “viene dando tumbos” desde 2003. “La convertimos en una auténtica ciudad y ahora es un villorrio”, añadió. También dijo que este año no irá al Circuito ni a la Feria, que comienza mañana. Puede que Jerez no afronte sus mejores momentos, pero conserva las huellas visibles de lo que tanto se criticó. Después de las bodegas, el motor ha sido el Circuito. Si Jerez cuenta con muchos más hoteles que Cádiz, ¿a qué se debe?

El Circuito no sirve solamente un fin de semana. Esa es la parte vistosa, pero está ahí todo el año, con diversos eventos, pruebas y entrenamientos. La Motorada es el tiempo del jolgorio y el regocijo, como diría ese juez; es lo más querido y lo más odiado. Sin embargo, detrás de lo que vemos y oímos este fin de semana hay un gran proyecto, un sueño de locos que se convirtió en realidad. Aquel tiempo pasado (los felices años 80) no sabemos si fue mejor, pero sirvió para afianzar la utopía y hacerla creíble. Hoy sería imposible construir el Circuito de Jerez.

José Joaquín León