EN cualquier país democrático y civilizado de Europa occidental, el Gobierno de Pedro Sánchez estaría al borde de un réquiem. Sin embargo, en España, según la última encuesta publicada por el CIS, el PSOE sería el partido más votado en caso de elecciones y alcanzaría el umbral del 30% . Es verdad que esta encuesta ha servido de cachondeo, por la falta de rigor del CIS, que ha utilizado unas muestras mínimas y ha cocinado como si estuvieran en el  Masterchef político. Parece como si el nuevo presidente, José Félix Tezanos, que antes de eso pasaba por estratega del PSOE, hubiera mandando a los encuestadores y encuestadoras con la camiseta del puño y la rosa.

Por seguir con la encuesta del gurú, resulta que Pedro Sánchez aparece como el líder mejor valorado, con un 4,04 de nota, por lo que suspende, como todos los líderes españoles, aunque nunca se sabe si al final van a ser aprobados. Pero lo más heavy rock de la encuesta, también lo que más debería preocupar a la oposición del PP y Ciudadanos, es que entre esos dos partidos sumarían el 40,4% de los votos, mientras que el PSOE y Podemos alcanzarían juntos un 46,6%, que estaría muy cerca de la mayoría absoluta con la Ley d’Hondt.

Te creas o no las encuestas, está pasando algo raro. El liderazgo de Pablo Casado en el PP no termina de consolidarse, a pesar del alivio con el caso de su máster. El Supremo le ha quitado un buen peso de encima, ya que en el PSOE tampoco están para dar lecciones de pureza; y en algún momento del año 2019 aparecerá la sentencia de los ERE, en la que algunos no se van a ir de rositas, probablemente. Además está el enigma de Ciudadanos. Albert Rivera sigue con su Vuelta a Andalucía, a sabiendas de que si aquí quedan terceros (o cuartos) ya no los verán como alternativa en España.

El problema del PP y de Ciudadanos es que se están mimetizando para competir entre sí. Eso beneficia al PSOE, en su afán de derechizarlos y arañar los votos de centro; aunque con Pablo Iglesias de padrino es difícil que se les vea transversales o centrados. El PP y Ciudadanos deben diversificar la oferta, o presentarse juntos en una coalición si van a defender lo mismo básicamente. El PSOE, al podemizarse, está buscando los votos de eso que se llamó la izquierda volátil, que se les escapó. Pero en Andalucía, y en España, casi todas las elecciones se han ganado desde el centro y la moderación; o sea, desde las clases medias.

El PP y Ciudadanos tienen un problema: el mismo que hubo con Fraga y Suárez.

José Joaquín León