HOY, cuando se juega el clásico entre Barcelona y Real Madrid, es buen día para reflexionar sobre la campaña de grupos de extrema derecha y personajes en el olvido, como Ignacio Camuñas, contra el Estado de las Autonomías. En Madrid están acostumbrados a que en los telediarios dediquen tres minutos a hablar del Real Madrid y 15 segundos a otros equipos del resto de España, incluido el Atlético. En Madrid, con el disparate de Puigdemont y Torra, algunos se han venido arriba. Empezaron pidiendo otra aplicación del artículo 155 en Cataluña para intervenir TV3, donde en los telediarios  sólo se habla del procés y del Barça, y cuatro segundos de algo más para disimular. En Madrid ya han creado una plataforma para eliminar el Estado de las Autonomías. Es decir, quieren volver a los tiempos franquistas: Madrid y provincias.

Se les debe recordar que el principal impulsor del Estado de las Autonomías fue un andaluz, Manuel Clavero Arévalo. De ahí vino lo del café para todos, que se les indigestó en Cataluña y el País Vasco, donde sólo querían café para ellos. La idea original, al restaurar la democracia, era crear un Estado federal para las nacionalidades históricas. Se entendían por tales a Cataluña, País Vasco y Galicia, por sus lenguas vernáculas (una palabra preciosa, que ya apenas se usa), y no tenían en cuenta nada más.

“Andaluz, este no es tu referéndum”, según decía el pobre Lauren Postigo. ¡Anda que no! Fue tu referéndum, y ahí empezó todo. Andalucía se aupó al nivel de las autonomías históricas, aunque después se homologaron, y se perdió la mística de los orígenes. Más tarde se jodió todo, como en el Perú. Sin embargo, que el PSOE haya gobernado siempre en Andalucía, y que no haya servido para converger con España y con Europa, sino para seguir atrasados, no es culpa del Estado de las Autonomías, sino del PSOE, como fácilmente se entiende.

El Estado de las Autonomías ha dado muchos beneficios. ¿Cuántos empleos ha creado? Hubo abusos, sí. Pero también los hubo en el Gobierno central y en la comunidad de Madrid, que es como una Diputación, y allí han mangado hasta una crema en un Eroski. ¿Alguien dice que se debería eliminar el poder central? Se habló de suprimir las diputaciones, pero echaron las cuentas de lo que se perdería y ya no lo dice nadie.

No caigan en esa trampa. La abolición de las autonomías sólo interesa a los que confunden Madrid con España. Y no olviden que también hay políticos presos madrileños. Repasen la lista de Soto del Real.

José Joaquín León