ESTABA claro que el PSOE iba a tener un mal perder en Andalucía. Existen antecedentes históricos de que ponen el ventilador contra el adversario cuando algo no sale según sus intereses. Fue lo que sucedió cuando el pacto entre el PSA de Rojas-Marcos y la UCD, en la famosa escena del sofá con Martín Villa, para desbloquear el referéndum del 28-F, que se perdió en la provincia de Almería. Alfonso Guerra  lo presentó como una traición a Andalucía. Pero decir que el acuerdo que convertirá a Moreno Bonilla en presidente andaluz  es el pacto de la vergüenza, como repiten en plan loro Susana Díaz y el ministro sanchista José Luis Ábalos, es para reírse a carcajadas. Mira quién habla.

Eso del pacto de la vergüenza se lo habrá sugerido algún asesor de los que han perdido las elecciones y los papeles, o algún gurú de Pedro Sánchez, que funciona con eminencias grises. Repiten lo del pacto de la vergüenza, porque eso se queda en la conciencia de la gente, y suena a cosa contra natura, a que no respetan el resultado de los más votados, que fueron los del PSOE, y además que dependen de la extrema derecha de Vox. Pero se cae por su propio peso.

Se cae porque el PSOE está hasta arriba de pactos vergonzosos, mucho más vergonzosos que éste. Sabido es que Pedro Sánchez, para desalojar a Mariano Rajoy de la Moncloa, no sólo contó con Podemos, sino también con el partido de Puigdemont, con el de Oriol Junqueras, con los de Bildu que son los herederos de ETA, y con el que hiciera falta, con tal de ser presidente.

El pacto de la vergüenza fue romper el acuerdo del consenso constitucional para Cataluña entre PP, PSOE y Ciudadanos, tras aplicar el artículo 155. El pacto de la vergüenza es romperlo para apoyarse en los que declararon la independencia y tienen a sus cabecillas en la cárcel por tal motivo. El pacto de la vergüenza es que Idoia Mendía, líder del PSE, se haga una foto de Nochebuena con el proetarra  Otegi. Todo eso chirría en la conciencia. El pacto de la vergüenza no les ha salido gratis.

Tampoco se pueden quejar en Andalucía. El PSOE consiguió más votos que el PP. Pero en las elecciones andaluzas de 2012 quedó el PP de Javier Arenas por delante del PSOE de Pepe Griñán. Y, sin embargo, los socialistas pactaron con IU (que no se había unido aún con la extrema izquierda de Podemos). Tras ese pacto, y tras caer Griñán por el caso de los ERE, llegó Susana Díaz a la presidencia de Andalucía. Pero ni en 2012, ni cuando la apoyó Ciudadanos, ni ahora,  ha ganado el PSOE con mayoría.

José Joaquín León