ALGUNAS decisiones de los partidos políticos no son comprensibles para la racionalidad de la ciudadanía. Así se ha llegado a lo que tenemos, que es un disparate, o una política despendolada y a las bravas, que no se sabe a dónde va a parar, porque ningún partido tiene las ideas claras. En las encuestas del CIS de Tezanos puede darse el caso de que el PSOE gane las próximas elecciones con el 101% de los votos, a pesar de que Pedro Sánchez suspende como líder desde antes de la investidura fallida. Pero con este escenario lamentable, con el gobierno de coalición fallido, tampoco se puede perder de vista que la oposición está cometiendo errores.
Un ejemplo curioso es el PP de Pablo Casado. Lo tiene ideal para organizar una alternativa de gobierno con Albert Rivera, igual que en Andalucía. Sin embargo, en Madrid, Casado y Rivera se han enzarzado en la batallita del espejo de la madrastra de Blancanieves, preguntando quién es el más guapo y quién va a liderar la oposición. Y adoptando decisiones contradictorias, que lanzan mensajes raros a sus electores.
El señor Casado parecía que estaba evolucionando al centro, a base de los empujoncitos que le van dando Alberto Núñez Feijóo desde el norte y Juanma Moreno desde el sur. También gracias a que Albert Rivera va evolucionando hacia la derecha, mientras niega tres veces al gallo de Vox. Pero, en esas, a Pablo Casado se le ha ocurrido darle carrete a Cayetana Álvarez de Toledo y nombrarla portavoz en el Congreso, sin escarmentar con el fracaso que obtuvo en Barcelona en las últimas elecciones.
Dicen que es para competir con Inés Arrimadas. Sin embargo, el problema es que Cayetana parece más de ultraderecha que Rocío Monasterio la de Vox, y no porque lo sea, sino porque usa un populismo de tercer nivel que a veces chirría. Tiene el don de caer antipática, que es letal para un político. El proceso de selección en el PP no sé quién lo hace, pero si fuera uno del PSOE lo haría así. A Cayetana, para que sirva de portavoz, lo primero sería descayetanizarla. Y a Casado un consejito: no debe buscar caras nuevas, sino caras buenas, que no es lo mismo.
En el PP han tenido a políticos como García Margallo, a los que consideraban medio locos porque aportaban ideas diferentes. Al final, las urnas dicen lo que dicen, y cuestionan las certezas. El PP llega de un horror, pero se comporta con mucha alegría. Tiene una gran oportunidad que puede desperdiciar. Como dicen los entrenadores con el complejo de Valdano, hay que saber leer los partidos. Y los resultados de las elecciones.
José Joaquín León