FALTA un mes y medio para las elecciones municipales del 28-M. En Andalucía, a diferencia de otras comunidades, no coinciden con las elecciones autonómicas. Tampoco son unas elecciones generales. Sin embargo, viendo las precampañas de los partidos, parece que nos estamos jugando el futuro de España y la humanidad. No es eso. Y, como no es eso, están manipulando la realidad electoral. Están destrozando el municipalismo, que parece como si no interesara a los partidos. Y están despojando a los vecinos de debatir los problemas reales de sus ciudades, distorsionando los mensajes.

En Andalucía, se ha llegado a decir que a los candidatos del PSOE les interesa que Pedro Sánchez venga poco o nada. Desde el PP, se está diciendo que conviene que Juanma Moreno respalde a los candidatos municipales, ya que es el principal activo de su partido. Feijóo pasó por la Semana Santa de Sevilla, aunque con más pena que gloria; como un acompañante del presidente de la Junta. No era el momento.

En cuanto a Vox y Unidas Podemos están en otras dinámicas. Vox nunca se ha interesado por los problemas locales. En algunas ciudades sus concejales son perfectos desconocidos, después de cuatro años. No presentan candidatos con opciones. Es un voto para nada. Y los de Unidas Podemos se están peleando entre ellos, con las sumas de Yolanda Díaz, por un lado, y las restas de Irene Montero y su amiga Ione Belarra por el otro. Es una pelea chunga de familias por el liderazgo de la extrema izquierda.

En las capitales andaluzas, para las municipales, las encuestas apuntan a victorias probables del PP en Málaga, Almería, Córdoba y Granada, con opciones también en las demás capitales, aunque se presentan más igualadas, especialmente en Sevilla y Cádiz. En Sevilla, por poco, el favorito es el socialista Antonio Muñoz. Y en Cádiz, por poco, se considera que el popular Bruno García puede acabar con ocho años de kichismo populista y mamarrachero.

Todo está por ver y por conseguir. Las ciudades y los pueblos son pequeños mundos. Cada uno con sus problemas. Por supuesto, el Gobierno central y la Junta de Andalucía pueden colaborar en las soluciones. Sin embargo, la gestión local se basa en la capacidad o incapacidad de los alcaldes. Y, con mucha frecuencia, no es un problema de ideologías entre derecha o izquierda, sino de idoneidad de los candidatos. Por eso, es antidemocrático manipular y escamotear el debate municipal.

José Joaquín León