EN estos últimos días se ha puesto de moda insultar al presidente de la Junta, Juanma Moreno, desde Madrid y desde Barcelona. Eso significa que Andalucía les molesta. Juanma empieza a tener un peso propio en la política española, y les fastidia que en la autonomía con más votantes del Estado las cosas sean diferentes a lo que le conviene al Gobierno izquierdista de Pedro Sánchez y al independentista de Pere Aragonés. Cuando no hay argumentos serios, se acogen al insulto y a la burla. Eso es lo que están haciendo, además de recurrir a las mentiras en la proposición de Doñana que aprobó el Parlamento de Andalucía. Es vergonzoso que difundan falsedades por electoralismo.

Sus enemigos no se dan cuenta de que están encumbrando a Juanma Moreno. Ya está a la altura de Isabel Díaz Ayuso y de Alberto Núñez Feijóo en los insultos que les llueven desde la izquierda. Y eso equivale a que la Junta de Andalucía, con otra orientación (basada en el centrismo y en la concordia), ya les da por saco a los extremistas, que mueven sus fichas con argumentos toscos y hoscos sin comerse un rosco.

La vicepresidenta tercera Teresa Ribera arremetió contra Juanma en plan borde, acusándolo de “señorito arrogante”, y habló de “una pequeña esquinita” para referirse a Andalucía. Si una ministra o ministro de Rajoy se hubiera referido a Andalucía como “pequeña esquinita”, cuando aún gobernaba el PSOE en la Junta, se hubiera montado la marimorena, y los socialistas hubieran pedido la dimisión. Por lo demás, calificar de señorito a una persona que nació en Barcelona, en una familia emigrante andaluza, se explica por sí mismo, en la dimensión del tópico y la necedad.

El conocimiento de Cataluña que tiene Juanma Moreno (recientemente abrió la Junta una oficina en el Paseo de Gracia barcelonés) desagrada a los independentistas y al PSC, e influye en las burlas sin gracia que recibe en TV3. Por medio han colocado a la Virgen del Rocío y las devociones religiosas de los andaluces, pero ya han arremetido también contra los obispos catalanes, acusándolos de pederastas, porque emitieron un comunicado contra la ofensa.

Los últimos ladridos que llegan de la perrera política deberían incluso de agradar. Significa que Andalucía se ha colocado en el lugar correcto, fuera del marco territorial del odio y el populismo, del sectarismo totalitario y la xenofobia, del izquierdismo hipócrita en provecho personal. La esquinita andaluza es diferente.

José Joaquín León