DECIR que la vicepresidenta Yolanda Díaz viajó a Bruselas para tontear con Carles Puigdemont por libre, sin que lo supiera Pedro Sánchez, es uno de los mejores chistes de la última semana. Esta señora es la voz de su amo político, y está dispuesta a lo que haga falta para seguir en su cargo. Yolanda, la de las sonrisitas, hizo el ridículo con Carles, porque tiene un afán de protagonismo desmesurado. Fue la primera en politizar el caso del beso estúpido de Luis Rubiales, para cuyo entierro no tenía vela. Y ha sido la primera en hacerse la foto con Puigdemont. Cumpliendo un servicio para su jefe.
Yolanda Díaz es un bluf. Su futuro político dependerá de dos cuestiones: seguir en el poder y lidiar las trifulcas de la extrema izquierda. Saben los podemitas puros que Yolanda es un invento creado por Pedro Sánchez y su entorno para finiquitar el movimiento de los indignados, que perjudicaron al PSOE desde 2011, le arrebataron miles de votos, y soñaron con el sorpasso para llegar a los cielos de la Moncloa. Llegaron (y cobraron), pero sin sorpasso.
El primero que dijo que Yolanda Díaz podría ser la siguiente presidenta del Gobierno de España fue Iván Redondo. Lo escribió en La Vanguardia, a los pocos días de fingir la ruptura como gurú de cabecera de Pedro Sánchez. Pongo lo de fingir porque Iván Redondo sigue aportando ideas y consejos al sanchismo. Aunque ya no parece tan devoto de Yolanda. Ahora tiende puentes con Puigdemont y justifica la amnistía.
Yolanda es un bluf porque no tiene sustancia, ni intelectual ni política. Es comunista de carné; es decir, militante del PCE, el único partido del que no se dio de baja. Se salió de la Izquierda Unida gallega en 2019. Unos años antes, en 2009, fue candidata a la Xunta y no obtuvo ningún escaño. Feijóo dice que esta señora nunca ha ganado unas elecciones. No, pero conspira bien.
Yolanda era la política mejor valorada, según el CIS, aunque eso no debe alarmar a nadie. Primero, porque las encuestas son aleatorias. Y segundo, porque el político mejor valorado de España, en la década pasada, era Josep Antoni Duran i Lleida, cuyo partido, UDC, se extinguió por corrupción. Ahora Duran es presidente de la Asociación de Supermercados de España, en plena inflación. Yolanda prometió que rebajaría la cesta de la compra. Y prometió 20.000 euros para los jóvenes. Ella es prometedora.
Sumar es como un monaguillo que echa incienso a Pedro Sánchez. Yolanda es una mujer calculadora, por eso va sumando.
José Joaquín León