LA gente atea, o los que no han estudiado Religión, creen que el concepto de “matar al padre” procede de Sigmund Freud y las teorías del psicoanálisis. Sin embargo, 20 siglos antes ya se había referido Jesucristo a ese asunto, y así se recoge en los Evangelios. Por ejemplo, en Lucas 12:53: “Se enfrentarán el padre contra su hijo y el hijo contra su padre, la madre contra su hija y la hija contra su madre, la suegra contra su nuera y la nuera contra su suegra”. También se menciona algo parecido en Mateo 10:21. El cristianismo le llevaba casi 2.000 años de ventaja al psicoanálisis. Además, se debe observar la cuestión de género. La hija se pelea con la madre y la nuera con la suegra. Y los padres con los hijos. Del suegro (que antes se conocía como el padre político) no se dice nada.
Hay que tomarlo en sentido parabólico. Con eso quería decir Jesucristo que aunque El había venido a traer paz al mundo, también iba a causar división en las familias. Porque muchos se enfrentarían por su causa. Y no sólo ocurriría en las familias patriarcales o matriarcales, sino en todo tipo de familias, y religiones, y hermandades y cofradías, e incluso entre los ateos. Por egoísmo y por no respetar al otro. Las discusiones familiares habían empezado con Adán y Eva en el paraíso, a cuenta de la manzana; y se exacerbaron cuando Caín mató a su hermano Abel. Fue un caso de violencia intrafamiliar, como dicen los de Vox. Aunque eso ocurrió en los tiempos del Antiquísimo Testamento.
Finalizo la parte de homilía para añadir que, desde los tiempos del Antiquísimo Testamento, el género humano sigue siendo demasiado cafre. Entonces no había democracia, pero ahora se comportan como si tampoco la hubiera. De modo que si un militante viejo es controvertido con el líder, a modo del padre con el hijo, le responde el hijo expulsándolo del hogar en redondo. Y lo manda a las tinieblas del infierno de los fachas.
Y si Pepe, que es del partido rival, organiza una manifestación contra el maligno, lo acusan de ser un golpista de Estado. No entienden que el diablo Carles se ha disfrazado de hijo pródigo, y que volverá después de haberse gastado el dinero familiar en vicios, y van a cocinar en su honor un cabrito llamado Amnistía. Total, Pepe había estado aquí siempre; y ahora le toca trincar a otros. Pues él es Pedro y sobre esa piedra ha montado su tinglado.
Leed la Biblia, que ahí se explica todo.
José Joaquín León