PORTUGAL también existe, pero aquí nos comportamos como si estuviera en las antípodas. Es limítrofe con Andalucía y apenas se nota. En tiempos pretéritos estuvo unificado bajo la misma Corona. No voy a insistir en la historia, a día de hoy son dos países de la Europa unida. Mientras los portugueses se preocupan bastante por lo que ocurre en España, aquí se les corresponde con indiferencia. Hoy es día de elecciones en Portugal, a las que apenas se ha prestado atención. ¿Por qué será? Elecciones anticipadas, ya que el primer ministro socialista, António Costa, se vio forzado a dimitir por un caso de corrupción. ¿A qué les suena?

Tan cerca y tan lejos. Portugal es un país pequeño, con 10,3 millones de habitantes. Andalucía tiene 8,6 millones y en Cataluña viven 8,0 millones. Es decir, en un impensable Estado Ibérico unificado, Portugal sería el territorio más habitado. Es como Cataluña y el País Vasco sumados. Pero en España no se les concede el mismo interés que si hoy votaran los catalanes y los vascos.

Sin embargo, las elecciones portuguesas pueden dejar interesantes enseñanzas. Desde la revolución de los claveles, allí se han alternado en el poder los socialistas del PS y el centroderecha del PSD. Con preponderancia de los socialistas. En 2022, el socialista António Costa consiguió una victoria que le permitió gobernar en solitario. Pero un caso de corrupción le forzó a dimitir. No buscó chivos expiatorios. A estas elecciones se presenta el PS con nuevo candidato, el ex ministro Pedro Nuno Santos. Las encuestas dan favorito a Luís Montenegro, que encabeza Alianza Democrática, la coalición del centro derecha. Pero en Portugal no se fía nadie de las encuestas.

La incógnita es la ultraderecha del Chega, que será tercero, con probable crecimiento. Su líder es André Ventura, profesor universitario, racista y xenófobo, que antes fue seminarista, tertuliano de fútbol y cronista de sucesos. En Portugal pueden sumar hoy la derecha con la extrema derecha, o la izquierda con la extrema izquierda. No se sabe. Pero el candidato socialista ha prometido que si el conservador Montenegro le supera en votos, le permitirá gobernar para que no pacten con el Chega. Y Montenegro no quiere pactar con la ultraderecha.

¿Comprenden por qué nuestros políticos olvidan las elecciones de Portugal? Si aquí hubieran prometido lo mismo que allí, otro gallo cantaría. Nos hubiéramos ahorrado la temporada de sainetes y las vergüenzas al aire. Pero hicieron justo lo contrario.

José Joaquín León