RELAJAOS un poco, que estamos en los días de la canícula. Agosto era, en el franquismo, el mes de las merecidas vacaciones. Con eso no quiero insinuar que las vacaciones sean un invento franquista, ni que se deban prohibir por la Ley de Memoria Democrática. Ya lo dijo Yolanda Díaz: “Trabaja menos y vive mejor”. Con vacaciones vivimos mejor, pues se gobierna menos. Y hubo tiempos peores. En julio de 1936, en pleno verano, los españoles empezaron a sufrir una guerra civil que duró tres años. Hoy se sigue hablando de aquella guerra como si no hubiera terminado.
Las vacaciones han evolucionado. Después de la guerra y la posguerra ya no fueron como las de fin de siecle XIX, o principios del XX, cuando los reyes europeos se iban a pasar unos días de frescor glamuroso en Biarritz y San Sebastián. Y los ricos y grandes de España se iban a las villas norteñas de Cantabria, Asturias y el País Vasco. Cierta burguesía catalana, durante el franquismo, veraneaba en Cadaqués, no en Waterloo. El Ampurdán era lírico, como escribió en catalán Josep Pla, que no se exilió. En los tiempos de Hitler, a las Baleares no viajaban tantos alemanes como ahora. Y la Familia Real, con Franco, vivía en el exilio de Estoril, no iban a Marivent a regatear y hacerse fotos.
Sí, hubo tiempos peores. En Andalucía, la gente del pueblo veraneaba para trabajar de camareros, en eso no se ha cambiado tanto, aunque había menos camareros. A Manuel Fraga se le debe agradecer lo que hizo por el turismo y la información a partir de 1962. Sin Fraga no se puede explicar la turismofobia.
Las vacaciones son para descansar y para gozar. Imitad a Pedro Sánchez en su residencia de Lanzarote. También los presidentes del gobierno disfrutan merecidas vacaciones, y tienen padres, madres, suegros y hermanos. Ya ni siquiera Feijóo dice que las vacaciones estén sobrevaloradas. Por decirlo, le volvieron a publicar la foto más vista de la historia con el narco, que no sé para qué la ponen, si ya la conoce todo el mundo y sólo sirve de cachondeo: “Mira, Eva, otra vez la foto”. Hace pocos días, Feijóo se hizo una foto nueva, esta vez en la fiesta del Albariño, con una capa, en modo gallego típico.
Ahora vienen los días grandes de la Virgen de Agosto. Divertíos y aprovechad. Es lamentable que nuestros líderes no tengan vacaciones todo el año.
José Joaquín León