HE escrito en varias ocasiones que la estrategia electoral del PSOE pasa por hinchar a Vox. Por eso, lo que hace Pedro Sánchez va en esa dirección. Con un PP debilitado y un Vox fortalecido la diferencia entre las fuerzas del centro-derecha y la extrema derecha se quedaría diluida. Y el PSOE aprovecharía la debilidad de Sumar y Podemos para erigirse en el voto útil de la izquierda. No le daría a Sánchez para obtener la mayoría absoluta del bloque progresista. Pero, si el PSOE fuera el partido más votado, podría intentar que el PP le permitiera gobernar, con el mismo argumento que proponía Feijóo en julio de 2023: un Gobierno del partido ganador, con apoyos puntuales. Otra opción: una gran coalición de socialistas y populares como en Alemania. Sería imposible con Sánchez, y con otro improbable.

Dar alas a Vox es lo que se fomenta en algunas encuestas. Ha causado cierta conmoción la que ha sido cocinada por la consultora Opina 360 (vinculada a Iván Redondo), en la que el PSOE obtiene 130 escaños, el PP se quedaría en 111 y Vox subiría hasta los 74. Con ese resultado, el PSOE no podría gobernar con la izquierda y los nacionalistas e independentistas. El PP y Vox, en caso de pactar, podrían formar un Gobierno del segundo y el tercero. Pero sería una coalición pura y dura, con Vox en situación de exigir un amplio protagonismo.

En algunos cenáculos próximos al PSOE se especula con aguantar unos meses para que aumente la tendencia del PP a la baja y Vox al alza, de modo que a principios de 2026 podrían estar casi empatados. Radicalizar por la izquierda supone lanzar el bumerán para radicalizar por la derecha. Algunas encuestas apuntan que el 50% de los jóvenes votarían a Vox en determinadas provincias. ¿Dónde están los tiempos en que la juventud era de izquierdas?

El PSOE de Pedro Sánchez ha puesto sus cartas al descubierto. Y es cierto que el PP le está ayudando sin querer. Al asumir Feijóo algunos planteamientos de Abascal, se aleja del centro, se derechiza y le arrebatará menos votos al PSOE. Para obtener 150 escaños, el PP necesitaría crecer por la derecha y también por la izquierda. Y erigirse como una alternativa moderada y fuerte.

En las próximas elecciones estará en juego el liderazgo de Pedro Sánchez, aunque también el de Feijóo. No deberían olvidar que hinchar a Vox en las encuestas, para asustar, puede llevar a tener un país ingobernable.

José Joaquín León