EN los últimos años han proliferado los vía crucis de hermandades con sus titulares por las calles de las feligresías. Ya se publican guías de vía crucis. Algunos cofrades han llegado a decir que hay una proliferación excesiva. Quizás se ha olvidado que el origen de la Semana Santa sevillana está en un vía crucis, el de la Cruz del Campo, que comenzó a celebrarse en el siglo XVI, en la Cuaresma de 1521, por iniciativa del marqués de Tarifa, Fadrique Enríquez de Ribera, entonces propietario de la Casa de Pilatos. Este vía crucis se mantiene, aunque ahora no es callejero, sino que se organiza el primer viernes de marzo en el interior de la Casa de Pilatos. Y es de justicia elogiar al duque de Segorbe, Ignacio Medina, que como responsable de la Casa de Medinaceli, mantiene a la Pía Unión y lo organiza, en colaboración con el Consejo de Hermandades y los hermanos mayores, que son miembros natos.

También une a todas las hermandades de Sevilla el Vía Crucis del primer lunes de Cuaresma, que es público y con una imagen que se traslada (este año el Cristo de las Almas, de Los Javieres), pero el rezo completo de las estaciones se hace dentro de la Catedral. Se suele recordar que cuando empezó el Vía Crucis de las Hermandades sólo salía uno con imagen, el del Cristo de las Misericordias, que recorre el barrio de Santa Cruz, y que ahora hay 30. O incluso más, porque se añaden vía crucis extraordinarios para conmemorar efemérides de relieve.

¿Y eso es malo o es bueno? Hombres de Dios, debería ser buenísimo. Que la gente se junte para rezar este piadoso ejercicio, ¿cómo va a ser malo? Y tampoco es malo, a priori, que salgan imágenes a las calles, porque son “unas valiosas catequesis plásticas”, según dijeron los Obispos del Sur a finales del siglo pasado. Un vía crucis no consiste en darle un paseo a una imagen sagrada por su feligresía. Tiene un fondo litúrgico, no es nada irreverente. Y suele ser austero, con capillas musicales o en silencio.

Los vía crucis extraordinarios, en general, tienen un alto poder de convocatoria. El del Cachorro de hoy será multitudinario, y llevará a miles de personas a seguir al Cristo de la Expiración en su recorrido por Triana. Es una celebración especial, al cumplirse los 50 años del incendio en el que el Cachorro sobrevivió a las llamas. Otro vía crucis especial de esta Cuaresma será el del Cristo de la Caridad, de Santa Marta, el martes 28.

El vía crucis extraordinario, por definición, es el anual de las Hermandades, en el primer lunes de Cuaresma. Se rezará mañana a la Catedral con el Cristo de las Almas. He visto de cerca el cariño y la entrega que ha puesto la Hermandad de los Javieres para organizarlo. Sin duda, además de rezar, será una oportunidad para descubrir mejor a este Crucificado, que mueve a la devoción y evoca las mejores tradiciones jesuíticas de su origen, sus años iniciales, hasta que halló nuevo arraigo en Omnium Sanctorum.

Aprovechemos el vía crucis para lo que es: un rezo penitencial, que encuentra sus momentos ideales en Cuaresma.

José Joaquín León