HOY se celebra el Cabildo de Toma de Horas para aprobar los horarios e itinerarios de la Semana Santa de 2024. En realidad, el cabildo es ya sólo un rito, en el que las autoridades civiles y religiosas cumplen el formalismo de firmar la nómina y pronunciar un discurso. Avalan lo aprobado previamente por el Consejo de Hermandades, que no siempre es lo que preferiría el citado Consejo, ya que los horarios de algunos días han sido decididos por los hermanos mayores (por unanimidad o por mayoría), según los requisitos acordados. ¿Son mejorables los horarios e itinerarios de 2024? Seguro que sí, todo es mejorable. Aunque nadie tiene una varita mágica. Dependen de un tiempo y un espacio que son finitos, y que cuentan con limitaciones.

Algunas jornadas de la Semana Santa afrontan problemas endémicos. El más flagrante es la Madrugada. Con ese número de nazarenos y esa franja de horarios es imposible organizarla igual que los demás días. Así, es necesario que los nazarenos pasen por la carrera oficial en pelotón para cumplir los horarios. Por no hablar, una vez más, de los cruces malditos, que serán más difíciles cuanto mayor sea el aumento de nazarenos. En ese sentido, ahora las cofradías con más incremento, en general, son las de capa. La Macarena sigue siendo la cofradía con más nazarenos de Sevilla. Pero, en 2023, la segunda fue la Esperanza de Triana, que superó al Gran Poder. También es cierto que los nazarenos de capa son más manejables para apelotonar que los de ruán y esparto.

Al valorar la Madrugada, se debe saber que el problema no es sólo del espacio que ocupan, sino también del tiempo. Está encorsetada con el Jueves Santo por delante y los horarios de la Catedral por detrás. Igual que el Jueves Santo está limitado por los horarios de la Catedral por delante. Asimismo, lo están el Viernes Santo por delante y el Sábado Santo por detrás. Las prolongaciones de tiempo no son viables en esos días.

En la Semana Santa, además, influyen las singularidades de cada jornada, que padecen sus particulares dificultades. Sin olvidarnos de las cofradías de vísperas, que afrontan dos problemas. Uno es que algunas se quieren incorporar a la nómina, para la estación en la Catedral entre el Domingo de Ramos y el Sábado Santo. Y otro que su financiación es inferior. Y, como se debe a que no pasan por las sillas y palcos de la carrera oficial, la solución, a su entender, es obvia: que pasen, o que cobren más. Ambas opciones son conflictivas y no salen gratis para las demás cofradías.

La nómina de la Semana Santa con los horarios e itinerarios, la función social de las hermandades y otras cuestiones derivadas no son verdades absolutas y eternas. Generalizar es apartarse de la realidad. Lo que vale para unos días, no sirve para otros. Por eso, se debe revisar de año en año, ajustándose a lo que se observe en el anterior. Influye otro problema de fondo que se mira de reojo: el número de nazarenos. No se puede predecir ni con inteligencia artificial. Nadie puede saber cuántos nazarenos saldrán en 2030. Las proyecciones del pasado al presente suelen olvidar aspectos que fomentaron el aumento, como la incorporación de las mujeres nazarenas. Es un incremento ya asumido. Aunque influyen otros, como que vienen más nazarenos foráneos.

Cuanto más se habla y se escribe de cofradías, más confusión existe. Por eso, hay que ser realistas para organizar la Semana Santa, año tras año.

José Joaquín León