LOS eminentes científicos que fijan los horarios del fútbol profesional en España han descubierto, de repente, que en Sevilla hace calor en agosto. Así han retrasado dos horas el inicio del partido Sevilla-Villarreal, que comenzará el domingo a las 22:15 horas. Tampoco se espera una ola de calor descomunal para este fin de semana, con máximas de 38 grados y mínimas de 20, según Aemet. Los horarios del fútbol son demenciales, e incumplen las normas de alertas de calor, que aconsejan no practicar deporte a más de 30 grados. Sin embargo, ni a Celis, ni antes a Sanz, ni a ningún delegado del Gobierno, se le ocurre prohibir un partido por ese motivo.

Muchas personas creen que los consejos que dan para el calor son de cachondeo: “bebe agua, no corras a las horas más tórridas, viste ropas ligeras…”. Sin embargo, hace unos días, cuando las más duras calores de este agosto, en la Puerta de la Carne, estaban atendiendo a un corredor poco atlético al que le había dado un soponcio. Eran las seis de la tarde, hora no del todo lorquiana, pero casi. ¿Qué hacía ese buen hombre? En el Mundial de Atletismo del 99, en Sevilla, hubo problemas con el horario del Maratón, que ganó Abel Antón, natural de Ojuel (Soria), donde hace un frío que te mueres en invierno.

Por el contrario, el consejo de las ropas ligeras se sigue a rajatabla en Sevilla, donde ya sólo falta una zona para la práctica del nudismo junto a las Setas de la Encarnación. Sobre todo hay guiris que van como si estuvieran en Los Caños de Meca. La moda de playa se compra pensando en Sevilla. Aquí quedaría rara Madame Hubersen, una de las protagonistas de Recuerdos durmientes, la última novela de Patrick Modiano (muy recomendable, como todas las suyas, que son parecidas, pero buenas), ya que la sitúa en París, en el mes de agosto, vistiendo un abrigo de visón.

A los del fútbol profesional que han descubierto el calor les diría que no se les vaya a ocurrir retrasar el Betis-Sevilla a horario de madrugada. Se oye madrugada y ya entran los temblores. Eso les pasa por empezar la Liga en agosto, en vez del 1 de septiembre, como se hacía antes. Después se quejan porque el Bernabéu registró la peor entrada del siglo XXI en el partido del domingo pasado. No entienden que la guerra del fútbol televisado entre MoviStar y Vodafone tiene esas consecuencias. La gente prefiere verlo en casa fresquito.

 Que suden ellos…

José Joaquín León