EN materia de infraestructuras locales, en Sevilla se ha puesto de moda el sucedáneo. Se nota que está la bolsa cortita. Ya dijo aquel filósofo, en su momento de gloria, que las criaturitas se habían acostumbrado al caviar. Todo fluye, según Heráclito, otro filósofo, este con nombre de ariete rompedor. Pero si no puedes pagar el caviar de de Belluga te compras unas huevas de mújol, o algo parecido. Así están convirtiendo a Tussam en una empresa de autobuses que  parchea la falta de líneas de Metro. A ello contribuye un gran invento: el bus rápido. Prefiero denominarlo el bus exprés, ya que lo de rápido suena a que los demás son lentos, o puede que lentísimos. La Línea Norte se ha sumado a la batalla callejera.

En Pino Montano, a falta de la línea 3 del Metro, existía la línea 3 de autobuses de Tussam. Desde esta semana ya disfrutan del nuevo bus rápido de la Línea Norte, que sólo se detiene en 10 paradas hasta el Prado de San Sebastián. Tarda 32 minutos, más o menos, y entre esas paradas están las de Santa Justa, Nervión (Luis de Morales), San Bernardo (estación) y Prado de San Sebastián. Es decir, conecta con paradas del Metro ya existentes, con otras que deberían existir, y con dos estaciones de trenes. Se ha calculado que los vecinos de Pino Montano están ahorrando un cuarto de hora por sus viajes hasta el Prado, en comparación con la línea 12, que era la opción más rápida con transbordo. Supongo que la Feria de las Naciones se habrá llenado de vecinos rápidos de Pino Montano.

Pero si viajaran en Metro, se ahorrarían otro cuarto de hora, además de tener más conexiones. Lo mismo se podría decir del bus exprés de Sevilla Este, que ha sido como un premio de consolación cuando los vecinos pedían la línea 2 del Metro. Ahora, con Tussam, van a vivir mejor que antes, sin olvidar que los niños no pagan. La política de Juan Espadas es práctica: el arte de lo posible. Se hace lo que se puede, y a lo que no se puede se le busca un sucedáneo.

Los sucedáneos no sirven sólo para Tussam. Se aplicarán también en los túneles de la SE-40. En Sevilla mover una tuneladora es más difícil que lo del camello pasando por la aguja. Prefieren ampliar un puente colapsado, o crear varios buses exprés, antes que sacar la tuneladora a horadar. Esta es una palabra muy bonita, que ha caído en desuso. Horadar ya no se lleva.

En Pino Montano y en Sevilla Este protestaban por motivos diversos, entre ellos el transporte. Todo el que forma jaleo es premiado con un bus rápido. A este paso no quedará nadie sin el suyo. Los barrios con buses lentos parecerán guetos. Protesten, que algún sucedáneo caerá.

José Joaquín León