LA Virgen de la Victoria, de la Hermandad de las Cigarreras, vuelve esta tarde a su capilla, tras la misa estacional en la Catedral, en la que será coronada. Dicho así parece una coronación mariana más, de las que todos los años hay alguna en Sevilla, generalmente coincidiendo con algún puente o fiesta señalaíta. Sin embargo, no es una más; ni es una menos que falta por coronar, sino el reconocimiento de una devoción mariana, que a lo largo de la historia ha pasado por oscilaciones y dificultades, que han llegado a perturbar su identidad. Hoy, además de la coronación, Sevilla le tributa un homenaje a la Virgen de la Victoria.

Las coronaciones ya no son lo que eran. Esto se suele oír entre los cofrades. ¿Y por qué? Si analizamos el ranking de las coronaciones marianas de Sevilla se verá que en los primeros tiempos premiaba a las imágenes más populares y las devociones que trascienden la ciudad. Esa lista se fue ampliando y, en opinión de algunos, devaluando. Se llegó a un momento confuso. Parecía existir una división de Vírgenes de Primera (las coronadas) y de Segunda (las no coronadas). A lo que se añade la precisión de otros: las coronadas reconocidas por el Vaticano (que serían como las coronadas de Liga de Campeones o algo así) y las que no. Un disparate desde todos los puntos de vista. Una invitación a la herejía que ponía en entredicho a los cofrades hooligans y a la jerarquía que lo fomentaba. Con la proliferación, algunos capillitas se han rasgado las vestiduras de la túnica.

La Virgen de la Victoria está muy por encima de esas discusiones de tertulia. La Virgen de la Victoria es una de las devociones marianas básicas de Sevilla. Siempre se movió su hermandad entre la sencillez y lo aristocrático. En el siglo XX, impresionaron mucho aquellas fotos de Alfonso XIII ante el paso de la Virgen de la Victoria, que presidió en su recorrido por la plaza de San Francisco en 1906 y 1930. Aunque el rey le dio un pedigrí elitista, era una Virgen a la que rezaban unas cigarreras muy diferentes a la de Merimée y los trabajadores de la Fábrica de Tabacos. Con ellos siguió hasta que Altadis cerró.

Hoy el tabaco mata y la Virgen vive en Los Remedios. ¿Podría arraigar más allí? Sobre esa relación también se ha especulado bastante. Los Remedios es un barrio multicofrade; es decir, de cofrades de otros barrios donde vivieron sus padres y abuelos. Pero esta noche la Virgen de la Victoria recorrerá sus calles como siempre lo hace en Sevilla: con esa discreta elegancia que nos conmueve, con la melancolía del dolor por su Hijo, que es la corona de su Victoria. Y todo lo demás ¿qué importa?

José Joaquín León