DÍA grande hoy en Sevilla. Coincide un pleno municipal ordinario, presidido por Juan Espadas, con un Consejo de Ministros viajero, presidido por Pedro Sánchez. Susana Díaz no ha podido sumarse a la fiesta, porque disolvió, y está en funciones y en mítines. Pero se han agregado los taxistas, que para alegrar el día han convocado una huelga. También se sumarán los de siempre, que protestarán por algo y serán amablemente desalojados del Ayuntamiento. Se suponía que la precampaña y la campaña electoral iban a ser un plácido camino de Juan Espadas hacia la reelección como alcalde. Sin embargo, conforme pasan los días, se descubre que tiene al enemigo en casa. Ese enemigo es Pedro Sánchez, que le puede quitar un montón de votos.

¿Los suficientes para llevarse un disgusto? Según las encuestas del CIS, Pedro va camino de la mayoría absoluta, pero no se las cree nadie. Es como lo del lobo, qué buen turrón. Pero se intuye que cuanto más dure Pedro Sánchez en la Moncloa será peor para Espadas. Ya se está notando en el paro, en el descenso del turismo y en otros indicadores económicos. No hay que ser alarmistas, no, pero así empezó todo.

Se vislumbra como un retorno a Zapatero. ¿Se acuerdan de cuando Solbes se enteró tarde de la crisis? Fue por no prestar atención a los indicios. Sánchez, por sí mismo, no parece que vaya a provocar una crisis global, pero sólo con la exhumación de Franco y las visitas carcelarias de Pablo Iglesias no se gobierna el país. Sin disponer de los votos suficientes es difícil gobernar. Especialmente, cuando depende de Podemos y los independentistas catalanes para los presupuestos. No es lo mismo que pedir la abstención del PP  a Beltrán Pérez.

También tenemos la eterna milonga de las infraestructuras pendientes. ¿Conseguirá Pedro Sánchez inaugurar algo en Sevilla? ¿Y su ministro Ábalos? Tiene cara de estar siempre enfadado. Un poco de alegría, hombre, que los túneles de la SE-40 se van a retrasar más que la línea 3 del Metro. A ver qué se inaugura después. Y para colmo el peaje de la autopista de Sevilla a Cádiz tampoco se liberará antes de las elecciones municipales de 2019, a la vez que suben el diesel, ¿verdad? Y para más gafe se estropea el ferrocarril de Sevilla a Málaga y Granada, por culpa de las lluvias, después de enterrar la Junta 277 millones de euros en el AVE interrupto.  

En resumen, se puede decir que las fotos son bonitas y lucen mucho. Pero cuanto más lejos, mejor; y cuanto más cerca, peor. Espadas debería aconsejar a Pedro Sánchez que no organice más Consejos de Ministros en Sevilla para vender humo.

José Joaquín León