HEMOS llegado a la jornada de reflexión y ya es Navidad en Sevilla. Ha sido un éxito que la iluminación de las calles (esa prueba del alumbrado bis) coincidiera con la última noche de la campaña. Mientras Susana Díaz, Juanma Moreno, Juan Marín y Teresa Rodríguez apuraban las últimas horas y se recuperaban de la plasta del último debate, el séquito municipal recorría las calles, como heraldos de la Navidad. Todos los años iluminan más calles que nunca. Este año son 227 plazas y calles de la ciudad con iluminación especial. ¡Qué diferencia con otros tiempos! Hoy lo mismo se coloca un árbol navideño municipal en la plaza de Cuba que en el Polígono Sur.

Hoy lo mismo se ilumina la plaza del Duque, la Campana, la calle Sierpes, la fachada del Ayuntamiento y la Avenida (es decir, la carrera oficial) que cualquier placita del distrito tal o cual, donde no se vende una escoba. Algunos barrios están hartos y figuran entre los más marginados de España, pero con sus lucecitas. Sevilla se hace más igualitaria para la Navidad.

Y así se ha creado una  nueva discriminación. ¿Usted vive en una calle iluminada con motivos navideños o no? Si la respuesta es afirmativa, usted forma parte de la Sevilla iluminada, que va desde la Campana a Torreblanca. Pero si la respuesta es negativa, significa que el Ayuntamiento está condenando su calle, su plaza, su barreduela, o lo que sea, a la mayor de las tristezas. Una calle sin iluminar en Sevilla ya no se puede aguantar.

Por eso, para democratizar auténticamente la Navidad, los vecinos de los barrios hartos deben exigir que iluminen todas las calles. Todas/todas. Sin excepciones. ¿Por qué unas sí y otras no? Antes se escudaban en las actividades comerciales. Aún siguen diciendo que las calles con más negocios cuentan con exornos especiales. Lo siento, pero no todas las calles pueden ser como la Avenida, que es la gloria iluminada por una empresa de Puente Genil. Sin embargo, esas calles que no han conseguido ni una sencilla bombilla en el reparto, ¿qué pasa con ellas?

Quienes reparten se quedan con la mejor parte. Los 11 distritos tienen calles iluminadas, pero el más premiado es el Casco Antiguo, con 90 de las 227. Ahí se nota la influencia del concejal del distrito, que es Juan Carlos Cabrera. A ellos les iluminan hasta la plaza del Pelícano, pongo por caso. Así que ya lo saben, por si no se habían enterado, por si su calle se queda sin lucecitas: ya es Navidad en Sevilla. Desde el último día de la campaña. A ver si Susana Díaz se come los polvorones como presidenta, o la echan antes. Pronto se sabrá.

José Joaquín León