EN las pasadas elecciones andaluzas consiguieron representación cinco partidos (PSOE, PP, Ciudadanos, Adelante Andalucía y Vox). En realidad son más, porque Adelante aglutinaba a Podemos e Izquierda Unida, con el añadido cuasi simbólico de Izquierda Andalucista y Primavera Andaluza. Pero en la circunscripción electoral de Sevilla se presentaron otros 10 partidos que no obtuvieron representación. Son los irreductibles de la política, los últimos románticos de la ideología, los defensores de la ortodoxia minoritaria. En ellos militan personas poco conocidas, que competían con listas encabezadas por Susana Díaz, Juan Antonio Marín Juan Ignacio Zoido, Antonio Maíllo o Francisco Serrano.

Vox puede servir de ejemplo técnico para otros partidos. Recuerden que  era un grupo residual, liderado en Madrid por un tal Abascal, de los que consiguen unos poquitos votos. Vox era del montón extremista de los pobres de la política. Igual que lo fue Izquierda Anticapitalista. Sin embargo, Francisco Serrano, como hizo antes Teresa Rodríguez (que se presentó como candidata de Izquierda Anticapitalista en las municipales de 2011 en Cádiz y no salió), ha pasado del voto basura al escaño fetén. Cinco grupos en las Cinco Llagas. Es un símbolo de las llagas de Andalucía.

Así que no desesperen. Los 10 partidos que se han quedado fuera presentaron las listas con todos sus avíos. Listas cremalleras (hombre/mujer, o mujer/hombre), con sus 18 candidatos y los 4 suplentes. Personas que no son políticos profesionales, ni profesionales en la política, sino que como políticos no pintan nada. Pero ahí estuvieron: en partidos que también existen.

El orden de estos grupos fue: Pacma, 18.525 votos (2,05%), Andalucía x Sí, 5.688; Equo, 4,253; PCOE, 2.230; Recortes cero, 1.927: UPyD, 1,918; Nación Andaluza, 1.421; PCPA, 1.196;  Alternativa Republicana, 967 y Falange Española, 675.

Son los votos que, en teoría, tiraron a la basura, pero que también son válidos. Destacó el Partido Animalista, que es el campeón de los partidos pobres. Los hay venidos a menos, como los restos andalucistas de AxSí; o la UPyD, donde siguen los últimos náufragos tras el fracaso de Rosa Díez. También Equo, cuyas papeletas olvidaron en Sanlúcar. Ese PCOE al que algunos pudieron confundir con el PSOE. Y, cerrando, esa Falange Española que debe estar a la extrema derecha de Vox. Igual que los comunistas, verdes  e indignados que se mantienen más allá de Podemos.

Los irreductibles consiguieron, en total, 38.800 votos en la provincia. Soñaron con otro mundo, pero predican en el desierto.

José Joaquín León