VIENDO lo que ha montado Pedro Sánchez con el Consejo de Ministros en Barcelona, se entiende que lo de Sevilla fue una tristeza. Aquí organizó un Consejillo. Para colmo, les llovió. Y se hicieron la foto de mala manera, resguardados en la parte menos bonita de la plaza de España. Las medidas que adoptaron fueron de ya te veré, ni fu ni fa. La gente, que es ocurrente, esperaba un plan de choque. Confiaban en que dijera: vamos a construir tres líneas del Metro, vamos a hacer los túneles de la SE-40, vamos a inaugurar un tren al aeropuerto mucho antes de lo que esperan, como en Málaga y en Jerez... Cosas así. Pero no coló. Le echaron las culpas a la precampaña. Nada de electoralismos, no podemos. Ayudas para las inundaciones. Y, para colmo, les llueve ese día, insisto. ¡Vaya gafe!

La foto de los ministros de Sánchez en Sevilla resultó de lo más sosa. Por lo menos, la primitiva foto de la tortilla tenía su gracia. Después le ha servido a Juanma Moreno para darle la vuelta a la tortilla con Juan Marín, mitad y mitad. Pero cuando vino Pedro Sánchez con sus ministros a Sevilla, nadie imaginaba que la tortilla tenía los días contados. Ajenos a los gozos de diciembre, Pedro y Susana pasearon por los jardines de San Telmo, como dos buenos amigos y compañeros. No le pidió que dimitiera, eso vino después.

Por el contrario, en Barcelona se lo han montado por todo lo alto. Parece el Gordo de Navidad un día antes. Subida del salario mínimo. Subida de sueldo a los funcionarios. Bajada para la reunión con el señor Torra… Nada que ver con la visita a Susana. Con Quim ha ido a dialogar. Y para completarlo organizan algo así como una cumbre bilateral España-Cataluña. Ministros versus consellers. Como cuando viajan a Marruecos para una cumbre hispano-marroquí, y se reúnen cuatro o cinco ministros con sus homólogos (o sea, con los ministros del otro lado del Estrecho) y después siguen llegando pateras a todo lo ancho de la costa andaluza. A pesar de la tela marinera que sueltan en Bruselas.

El Consejillo de Sevilla era eso: una excusa. Así entienden el Estado de las Autonomías, ahora que los de Vox quieren volver a la unidad de Isabel y Fernando. Como si la salida de Susana Díaz de San Telmo fuera la de Boabdil largándose de Granada. Los ministros vinieron a Sevilla a darse un paseo. El Consejillo fue el principio de las giras por provincias de nuestro Gobierno. Un día en Sevilla y otro en Barcelona. Como si fuera una compañía de teatro. La próxima reunión de los ministros la podría convocar Pedro en el Teatro de la Comedia. Es lo que mejor le sale.

José Joaquín León