HAY una tendencia general a culpar a los alcaldes por la pérdida de población en sus ciudades y los datos negativos del paro. Los alcaldes no tienen una varita mágica con la que crear puestos de trabajo o procrear craturitas sevillanas, por mucho que se empeñen. Pero los alcaldes suelen alardear cuando los datos son positivos, y callarse cual mudos cuando son negativos. En estos días de enero, cuando el Heraldo de los Reyes Magos ya está aquí, aparecen los datos de población. En ellos se aprecia que Sevilla ha perdido habitantes, que con la gestión de Juan Espadas no han crecido, a pesar de los pisos en los nuevos barrios. El listón de los 700.000 habitantes cada año está más lejano. Con 688.711, Sevilla va a menos; pero otras ciudades van a más, y también hay que decirlo.

Los datos nos remiten todos los años al mismo tópico. Crece el cinturón periférico, en Dos Hermanas y algunos municipios del Aljarafe, como Mairena, Bormujos y Espartinas. Se suele replicar de inmediato: eso es como si creciera Sevilla. Eso es la periferia metropolitana, la Gran Sevilla. En estos días, la Gran Sevilla suena como el Gran Visir de los Reyes Magos. Si se le pone algo grande y mayúsculo por delante, parece que tiene más jerarquía. No es un visir raso, ni una ciudad rasa. Espadas no pide el trato especial que reclamaba Zoido, pero habló de ganar habitantes, y no lo ha conseguido.

Todavía aparecen algunos políticos del PSOE que culpan a Zoido de la pérdida de población en Sevilla. Desde 2010 se contabiliza una bajada de más de 15.000 habitantes. Cada alcalde debería responsabilizarse de lo suyo. Espadas cumple más de tres años en el poder y se hizo fotos para promocionar la Hacienda del Rosario y otras iniciativas poblacionistas. Por lo demás, la comparación es odiosa: las principales ciudades están ganado habitantes, a excepción de Barcelona, que ha perdido 466, y son menos que los 723 de Sevilla.

Madrid es la capital española que más ha crecido, con muchísima diferencia: ganó 40.353 habitantes en un año. No les hace falta suprimir el Estado de las Autonomías, como pide Vox (uno de cada cuatro de sus militantes es madrileño), y ya se están llevando casi todo. En Andalucía, la ciudad de Málaga ha ganado 2.024 habitantes, aunque todavía está lejos de Sevilla. El suelo más barato de las periferias no es lo único que influye.

Otros dicen que la culpa es de los turistas, por no empadronarse en los apartamentos del casco antiguo. Se notan las ciudades que son para vivir o para excursiones, las que van a más y las que van a menos.

José Joaquín León