AL final de todos los rifirrafes y amagos, el presidente de la Junta de Andalucía será Juan Manuel Moreno Bonilla, como se sabía desde la noche del 2 de diciembre. Pero el documento con las 19 propuestas de Vox no quedará en el olvido. Incluye algunas medidas que podrían ser asumibles por PP y Ciudadanos, y hasta por el PSOE (defender la tauromaquia y la artesanía popular no es de derechas), pero junto a esas, o algunas económicas y la supresiòn de observatorios, hay paridas que encienden las alarmas. Algunas son inconstitucionales (lo que situaría a Vox fuera del bloque constitucional) y otras pretenden volver a los tiempos de la Reconquista. Por lo visto, Santi Abascal se ha creído que es el nuevo Cid Campeador.

Las paridas pueden tener un alto coste para Vox. También en Sevilla, donde esperaban conseguir no menos de tres concejales en las municipales. A día de hoy, el panorama vuelve a estar más despejado para que Juan Espadas respire hondo. El PSOE es más favorito que hasta la reunión del martes en Madrid. También queda la impresión de que el PP y Ciudadanos podrían depender sólo de ellos mismos. Si Beltrán Pérez y el candidato que elija Ciudadanos forman otra alianza, puede que no dependan de Vox, si saben explotar ese tufillo friki que han mostrado en las negociaciones. Pero no será fácil que PP y Ciudadanos alcancen la mayoría por sí mismos a dúo. En la última extrapolación del 2 de diciembre no lo consiguieron. Necesitarían que se hunda Vox… y el PSOE.

Supongo que el sueño de Vox será que su candidato pasee la espada de San Fernando el día de San Clemente. ¡Ay, lo que disfrutarían con la lobera! Y puede que incorporasen algunos caballos a la escolta de la guardia municipal de gala. Es cierto que con ellos no veríamos en la Avenida aquellas fotos que tanto dieron que hablar con motivo del Orgullo Gay. Sin embargo, se debe reconocer que las tradiciones sevillanas están bien atendidas. Espadas y Cabrera se vuelven locos con un paso. Yo he visto en besamanos hasta a Susana Díaz. Y el PP y Ciudadanos han tenido a Beltrán y a Millán atentos a lo que se movía.

El problema de Vox con las paridas es que descolocan a muchos de sus electores sevillanos, que alardean de ser personas serias y formales, gente de orden, como se suele decir. Y ahora se ven mezclados con planteamientos irreales y basados en el odio cainita. Dicen que Pablo Iglesias empezó así, pero ya hasta el CIS de Tezanos lo considera el líder peor valorado.

Los partidos populistas son como las gaseosas: pasados cierto tiempo se les va la fuerza. Pero antes hay que tener cuidado para que no se indigesten las burbujas.

José Joaquín León