EN Andalucía ha ocurrido algo muy importante, insólito en la historia de España. Es una sucesión de prodigios sin precedentes. Lo nunca visto desde la Reconquista. ¡Anda, lo que se ha formado en Andalucía! Es lo que dicen en el resto de España, incluso en Madrid, donde todos se están frotando las manos: Pablo Casado, Albert Rivera, Santi Abascal… y Pedro Sánchez. Por el contrario, Pablo Iglesias está más ausente, no se sabe si descansando en el chalé después de las vacaciones. Y lo que ha pasado es muy gordo, como digo, pero no ha sido sólo que el PSOE pierda por vez primera desde que existe la comunidad autónoma de Andalucía. ¿Autónoma? Sí, autónoma, y con un Estatuto suyo copiado del catalán, que de eso no se han enterado los de Vox.

 

Además de que el PSOE ha perdido la Junta, ocurren otros portentos por vez primera: el PP nunca había gobernado en Andalucía, Ciudadanos nunca había entrado en un Gobierno autonómico con sus consejeros (sólo hacía de llave de Susana, hasta que se hartaron), Vox nunca había pactado con nadie, ni había reconocido que pedían cosas imposibles (¿entonces para qué?). Y lo mejor de todo es que Juanma Moreno, ni en sus sueños más cachondos, se podía imaginar que sería presidente de la Junta con 26 escaños, casi la mitad de los 50 que tuvo Javier Arenas cuando se quedó sin ser presidente en 2012.

Pero lo más importante, y nunca visto, es que el PP ha aprendido a pactar para que 2 y 2 sean 5. O incluso 6, según. Eso sólo lo sabía hacer el PSOE, que era como el partido de Dorian Gray, y pactaba con el diablo si preciso fuere. O con Puigdemont y Otegi, que viene a ser parecido. Eso ya lo dijo Pedro Sánchez, ese Maquiavelo posmoderno, cuando lo criticaron por la forma de alcanzar los cielos de la Moncloa. Dijo que el PP estaba solo, y que no sabía alcanzar acuerdos. Por el contrario, el PSOE sí que sabe, y por eso sí se puede. Y ahí está el tío, con 85 escañitos que tiene, el peor resultado en la historia del PSOE.

Así que los del PP han aprendido, y le han dado a la pobre Susana Díaz con la propia receta del PSOE en las narices. Además, se ha roto la tendencia. Antes el demonio era el PP, con el que no quería pactar ni Dorian Gray. Por el contrario, ahora el demonio es Vox, con el que incluso se pacta y mira lo que pasa.

No obstante, el mejor especialista en el arte de pactar lo tenemos en Sevilla. Se llama Juan Espadas y es el alcalde. Pactó con  Podemos e IU para conseguir la Alcaldía, siendo el segundo en votos. Y le aprobaran los últimos presupuestos con la colaboración del PP y Ciudadanos. Ahí quedó: uno del PSOE que ha sido capaz de pactar hasta con el PP. Eso sí que tiene arte.

José Joaquín León