EL presidente de la Junta de Andalucía, Juan Manuel Moreno Bonilla (hasta ayer por la mañana Juanma), ha proclamado su nuevo Gobierno autonómico. En realidad, dio a conocer los seis nombres del PP, pues los cinco de Ciudadanos ya habían sido filtrados por el vicepresidente, Juan Marín. Con detalles como esos se aprecia que es un Gobierno bicolor, que necesita armonía y coordinación. Para asuntos verdaderamente importantes, como quién manda en Canal Sur, no habrá repartos, sino que van a crear un ente común de gestión. El cambio no lo va a protagonizar un partido, sino dos (PP y Ciudadanos), con un tercero (Vox) que se queda fuera y le han admitido una Consejería de Familias (así, en plural), unida a la de Sanidad. Ahí es ná…

Acierto importante ha sido dar prioridad a la profesionalidad por encima de la amistad, salvo excepciones. Se trata de que el consejero tenga alguna idea de su Consejería, norma que se debería extender a los Ministerios. Por ejemplo, el consejero de Sanidad, Jesús Aguirre, ha sido presidente del Colegio de Médicos de Córdoba y es especialista en atención primaria. Para Sanidad, el título de Medicina debería ser obligatorio. Así las cosas, recordando aquellos tiempos del PSOE, me parece que María Jesús Montero servía para Salud, al haber estudiado Medicina. Pero es maravilloso que se reconvirtiera en consejera y ministra de Hacienda.

Para entender de todo ya está el vicepresidente, que es un cargo político de manual. A Juan Marín le han asignado Regeneración Democrática, Justicia y Turismo, materias a priori sin conexión. Lo suyo será vicepresidir, como Jiménez Barrios, y esas materias requierene buenos viceconsejeros. Los representantes de Ciudadanos en la Junta tienen la ventaja de que llegan vírgenes en la política, y con sus avales profesionales. A veces se confunde la profesionalidad con la independencia, que no es lo mismo. Un independiente puede ser un zoquete irreparable, y un militante del partido puede haberse licenciado en alguna carrera. No es incompatible.

Creo que el PP esta vez ha acertado en no abusar de los previsibles. Apenas Carmen Crespo, la nueva consejera de Agricultura y Desarrollo Sostenible, tiene un perfil más político, junto a Elías Bendodo, que es el hombre de confianza (¿y de futuro?) del presidente, y malagueño como él. Esta vez no se podrán quejar en la Costa del Sol, donde han salido muy bien despachados. Incluso mejor que Sevilla, representada por Alberto García y Patricia del Pozo por el PP y Rogelio Velasco por Cs. Con eso también deberán tener cuidado.

José Joaquín León