DIGAN lo que digan sus admiradores, Pedro Sánchez y su Gobierno miran mucho más hacia Cataluña que hacia Andalucía. No sólo en los presupuestos del Estado, sino en casi todo. Partimos de la evidencia de que Sevilla y Andalucía han sido muy importantes para el PSOE, desde Felipe González en adelante. Aquí tenían un granero de votos y aquí han controlado la Junta desde las primeras elecciones. Por eso, que el primer AVE de España circulara entre Madrid y Sevilla se consideró como un  privilegio. Sevilla acogía la Expo 92, pero en Barcelona organizaban unos Juegos Olímpicos. Hoy sería inconcebible algo así. Y a las pruebas me remito: el nuevo AVE de bajo coste de Renfe se implantará en la línea de Madrid a Barcelona. Faltaría más.

Es un gol que le van a marcar a Sevilla, sin que le estén prestando demasiada atención. La estación de Sevilla-Santa Justa es la tercera de España en número de viajeros, sólo por detrás de Madrid-Puerta de Atocha y Barcelona Sants, y por delante de Zaragoza, Valencia y Málaga. Tiene mérito porque Sevilla no es la tercera ciudad de España en habitantes, y tampoco es una estación de conexiones intermedias. Por comparar, el aeropuerto de San Pablo, aunque ha mejorado sus cifras, no figuró entre los 10 primeros de España por número de viajeros en 2018. Quedó undécimo, y es el segundo de Andalucía, ampliamente superado por Málaga.

El AVE empezó en Sevilla para vertebrar España hacia el sur, según dijeron entonces. Con el AVE de bajo coste (que reducirá el precio de los billetes en torno al 25%, para ganar viajeros), otra vez Andalucía se puede quedar marginada con respecto a Cataluña. Sería un notable perjuicio para Sevilla, que depende en buena parte del tren para las comunicaciones, y que perdería competitividad como destino.

Cada vez que cambia el Gobierno, colocan a otro presidente en Renfe. El actual, Isaías Táboas, entró poco después de llegar Pedro Sánchez a la Moncloa. Véase que estar o no estar en la Moncloa tiene consecuencias derivadas. Este señor se ha cargado el proyecto del EVA (el AVE de bajo coste del PP), que también empezaría por Barcelona, para hacer otro, que comenzará el próximo año. Como telón de fondo, está la liberalización del sector ferroviario a partir de diciembre de 2020, cuando podrán entrar otros operadores.

El plan de Renfe puede perjudicar a Sevilla. si no se ejerce la necesaria presión para evitar un AVE más caro y más viejo. Se advierte un cierto despiste, mientras en Madrid, Barcelona y Zaragoza (como destino intermedio)  ya se han orientado.

José Joaquín León