EL proceso de expulsión de los sevillanos hacia las periferias no afecta sólo a los pobres. Por supuesto, con ellos empezó todo, porque forman el eslabón más débil. Pero tampoco se libran las clases medias. Como nuevos Ulises de la Odisea sevillana oyen cantos de sirenas, que les lanzan mensajes tentadores. Después de una crisis que paralizó la construcción, anuncian nuevas promociones en lugares tan alejados de la Giralda como Palmas Altas, donde van a construir 2.800 viviendas, o la Hacienda del Rosario, donde están previstas siete torres con 1.046 pisos, de las cuales ya se ha presentado la primera. En un lugar colindante con el término de Alcalá de Guadaíra.

Algunos dirán: no es novedad. Las clases medias de los jóvenes de los años ochenta y noventa del siglo pasado se iban a las promociones inmobiliarias del Aljarafe. Esos atascos de la cuesta de Castilleja ¿qué son? Mairena del Aljarafe pasó a tener más de 45.000 habitantes gracias a Ciudad Expo y otras urbanizaciones, a las que se fueron a vivir cientos de jóvenes. En paralelo surgían promociones en Sevilla Este, Los Bermejales o Montequinto orientadas a las clases medias.

Estaba cambiando la forma de vida, si se compara con las generaciones anteriores. En otros tiempos, el ideal de los sevillanos pudientes (no es lo mismo que ricos) era tener una casa o un piso en el casco antiguo y un chalé en el Aljarafe. Más bien por Villanueva del Ariscal, Valencina o Umbrete que por San Juan o Camas. El Aljarafe servía de segunda residencia veraniega a los sevillanos, con su legendaria fama de disfrutar temperaturas más frescas. Hasta que el Aljarafe pasó a ser la primera residencia de los hijos de aquellos sevillanos.

Ahora, los nuevos barrios se disfrazan de resorts. De la piscina del chalé aljarafeño se pasa a las piscinas de la urbanización. La Hacienda del Rosario se ha presentado como un complejo residencial de estilo resort, con dos piscinas, zonas de juegos infantiles, circuito de running, club social, jardines y zonas comunes “equivalentes a siete campos de fútbol”. Calificada como la mayor iniciativa residencial que se desarrolla actualmente en España. Incluye siete torres, en cada una de las cuales habrá 150 pisos, hasta ese total de 1.046 viviendas previstas para dentro de seis años. La primera torre ya se puede ver.

Las nuevas ofertas de pisos lo mismo sirven para Sevilla que para Albacete o Logroño. Son viviendas ajenas a las características históricas de la ciudad. Adaptan el veraneo del Aljarafe a un resort todo el año, pero en un bloque remoto, donde la vieja Sevilla de las murallas se ha perdido.

José Joaquín León