EN las vísperas del paseo en helicóptero, se filtró que Juan Espadas va a pactar los presupuestos municipales de 2020 con Adelante Sevilla (es decir, con Unidas Podemos). También se supo que el PP y Ciudadanos ya tienen firmados con Vox sus segundos presupuestos para la Junta de Andalucía. Los bloques vuelven a cerrarse a derecha e izquierda, con los apoyos de los extremos que corren por las bandas y centran para que rematen los arietes. En el Ayuntamiento de Sevilla se da por descontado que el PP y Ciudadanos votarán en contra. Juan Espadas se aparta, políticamente hablando, de Beltrán Pérez y Álvaro Pimentel, con los que podría tener algunas concomitancias de ciudad evidentes, para buscar el populismo de Adelante, que lo elogia como un aumento del gasto social.

Cuando se leen las cuentas de los gobiernos, cada cual destaca lo que le conviene. Las de Espadas para 2020 son como la cuadratura del círculo. Aumentará la inversión en la ciudad y el gasto social (que será de más de 180 millones de euros), especialmente para los planes integrales de los barrios pobres. También mejora el gasto en actividades culturales, en parte por la Bienal de Flamenco. Los presupuestos aumentan hasta superar los 1.029 millones de euros. Unos presupuestos calificados como “expansivos”, que no obstante permitirán recortar la deuda.

Conseguir tantas maravillas para Sevilla en un solo presupuesto obliga a aumentar los ingresos. Ya se verá de dónde proceden. Desde luego, no vendrán de la tasa turística en los hoteles, que todavía no existe. Así que el bolsillo del contribuyente sevillano está en alerta roja. Ya se verá. Las subidas de impuestos y tasas siempre se hacen el primer año de las elecciones y las bajadas al final. Es la regla de oro.

Admirable resulta que más de la mitad del presupuesto sea para gastos de personal, con motivo de las subidas a los funcionarios y la jornada de 35 horas. Para personal destinan más de 542 millones de euros. Trabajar en el Ayuntamiento es el deseo de cientos de sevillanos, y con razón. Es una gran empresa. Con presupuestos menores, algunas son tachadas de capitalistas multinacionales y opresoras por los socios que se ha buscado Espadas. Por el contrario, el Ayuntamiento es una empresa pública modélica, que contenta a todos.

La mirada a la izquierda de Juan Espadas puede tener consecuencias en los próximos meses. No le será tan fácil mantener esa imagen de alcalde de izquierda que gusta a la derecha. Aunque no se sabe lo que puede pasar después del 10 de noviembre, ni si habrá nuevas revirás.

José Joaquín León