VIENDO las fotos de la visita oficial al mercado de la Puerta de la Carne se percibe un rayito de esperanza. Todavía es posible que un día vuelva a abrir sus puertas para algo más que una presentación de obras. El alcalde, Juan Espadas, ha anunciado que en 2019 será inaugurado, según las previsiones. Anuncios ya hemos tenido otros. Pasa con este mercado lo mismo que con Tablada y otros proyectos eternos. Cada alcalde que llega anuncia lo suyo, y dice que será inaugurado un año de estos.

En los 17 años que lleva sin uso el antiguo mercado de la Puerta de la Carne han cambiado las cosas. Como en otras zonas de Sevilla han proliferado los bares. Anuncian 44 puestos en el nuevo espacio gourmet del mercado, pero ya digo que por falta de bares en la zona no será. Han rodeado incluso el cercano cuartel de los bomberos. También hay que decir, que en materia de bares y veladores, en esta ciudad tan barroca, todo nos parece poco. Será el horror al vacío, como se suele decir.

Han cambiado más cosas en esos 17 años. Por ejemplo, la Diputación se ha consolidado como un edificio atractivo para exposiciones y mercadillos de la provincia, cine de verano y actividades semejantes. Por otra parte, allí cada año hay más gente, aunque en Sevilla cada año hay menos habitantes. Y existe un aparcamiento subterráneo en Cano y Cueto, junto a los Jardines de Murillo, que se llena con cierta frecuencia, sin necesidad de que sea noche de Martes Santo.

Por consiguiente, este gran proyecto que anuncian para la Puerta de la Carne debería tener muy en cuenta las circunstancias del entorno. Detalles como que será necesario entrar y salir. Algo que no está garantizado ahora, con la actual distribución del tráfico en las calles y los insuficientes aparcamientos. Convertir aquello en un emporio del arte local, a la vez que en un espacio gourmet, obliga a tomárselo en serio. Pues ya es difícil mezclar asuntos que a priori tienen discutible relación, como son la gastronomía y las artes.

De  momento, vamos por la fase arqueológica, que a veces da sorpresas. No esperan hallar nada más que restos de animales del antiguo matadero. Cualquiera sabe. Han pasado 17 años de abandono y okupaciones descontroladas. Pero seamos positivos. Viendo que estas obras van adelante se puede pensar: todavía hay esperanzas para salvar la comisaría de la Gavidia. Otro clásico del abandono sevillano.

José Joaquín León