ENTRE las medidas sadomasoquistas y asintomáticas adoptadas por el mando único, está la imposibilidad de circular entre provincias de la misma fase. Ahora, cuando la desescalada avanza, y seis provincias de Andalucía perseveran en la fase 2, no se puede circular entre ellas. Ni siquiera entre limítrofes. Con el descenso de contagios y la situación epidemiológica actual, esa medida es demencial. Por otra parte, como se ha explicado cientos de veces, la movilidad en Andalucía es esencial para la hostelería, sobre todo en la costa de Huelva y Cádiz, que depende en gran medida de los sevillanos. Para colmo, en Sevilla se soportan altas temperaturas, sin poder ir a las playas vecinas. La Junta, por medio del vicepresidente, Juan Marín, ha vuelto a pedir esa movilidad. Y a dejar claro que la cogobernanza de la que habla Pedro Sánchez es falsa, pues no les hacen caso. Entre ese absurdo, ha florecido una teoría de la conspiración: no permiten viajar a otras provincias andaluzas por miedo al Rocío.

¿El Rocío tiene la culpa? ¡Si este año no hay peregrinaciones! Pues por eso. Personas que se autoproclaman cercanas a quienes negocian las decisiones dicen que no permiten la movilidad en Andalucía por culpa del Rocío, pero que no lo quieren reconocer para no mosquear a los rocieros, que son un millón de votos, o algo así. Si abrieran las fronteras provinciales a los de la misma fase, Huelva quedaría comunicada con Sevilla y con Cádiz, además de con Extremadura. Lo peligroso sería el triángulo rociero: Huelva-Sevilla-Cádiz.

En caso de permitir los viajes interprovinciales, no hubieran podido prohibir que los rocieros acudieran a Almonte para rezar a la Virgen. Ni tampoco que algunos practicaran senderismo (actividad permitida) por los caminos del Rocío. Todo ello sin Operación Romero, aquí te espero. Si, en condiciones normales, dicen que van un millón de rocieros a la aldea, en esta oportunidad a lo mejor se encontraban con 40.000 criaturas en Almonte.

Esa teoría tiene cierta verosimilitud, según su forma de pensar, que es malpensada por definición. Por supuesto que los rocieros son responsables, y se contendrían si se lo piden, pero en Madrid no lo saben. Así que quizá les pareció mejor cortar por lo sano y que se fastidien los andaluces; tanto los rocieros como los que no.

Y sigue en pie la apuesta, hagan juego: ¿Llegarán antes los alemanes a Baleares, o los sevillanos a Matalascañas y Chipiona? De momento, son favoritos los alemanes, que ya están programando vuelos para el 15 de junio. Dicen que será una prueba piloto. Piloto de Lufthansa, supongo.

José Joaquín León