LOS Reyes han iniciado una gira por las comunidades autónomas, para conocer de cerca la realidad española tras la pandemia. Como se sabe, a Sevilla vienen el lunes, festividad de San Pedro y San Pablo, día de la onomástica del presidente y el vicepresidente del Gobierno y del líder de la oposición. La agenda de los Reyes en Sevilla ha suscitado controversias. Por supuesto, en privado. No se sabe si estas agendas las hacen los amigos de la Casa Real o los amigos de la República. Ni todos opinamos que lo más oportuno para visitar en Sevilla sea la Catedral, el Alcázar y el Polígono Sur. Esto último se podría entender como un señuelo para incluirlo en el circuito turístico. Vean ustedes: es un barrio que ha aparecido en algunas películas neorrealistas.

¿Es bueno o es malo que los Reyes de España visiten el Polígono Sur? A ver, depende. Felipe de Borbón, siendo príncipe, ya lo visitó en 2003, y la infanta Elena acudió en 2017. Es decir, que la Familia Real lo ha visitado más que algunos sevillanos. En las televisiones van a salir los Reyes en la Catedral, el Alcázar y el Polígono Sur. Con lo cual se percibirá el mensaje siguiente: Sevilla es una ciudad para turistas y tiene barrios muy pobres. Al parecer, los Reyes recibirán a empresarios locales en el Alcázar, que tras la pandemia también son pobres. Unos más que otros, eso sí.

El turismo está en momentos difíciles. Con buenas intenciones y unos proyectos preciosos, que han presentado el alcalde, Juan Espadas, y el teniente de alcalde bis, Antonio Muñoz. Pero con la realidad de que se ha perdido la primavera completa, que es la temporada más alta, y que ahora llega el verano completo, que es la temporada más baja. El confinamiento le dio una puñalada al turismo. Llegó en el peor momento posible. Sevilla es la segunda provincia española con más perceptores del ingreso mínimo vital, tras Madrid.

Se hablará de tristezas, penas y dolores, como un Lunes Santo, y no sólo en el Polígono. Por otra parte, en esos barrios de las Tres Mil, hay proyectos en marcha. Inversiones públicas y privadas. Trabajan instituciones, la mayoría religiosas (aunque no todas), incluidas hermandades. Jaime Bretón es el comisionado. Por sus características laborales peculiares, el confinamiento también les hizo la puñeta. Allí vive gente honrada, en general, aunque algunos los simplifican en el mundo del trapicheo, el menudeo y el correveidile. Y se les está ayudando. Difundir por el país a la Sevilla de los barrios pobres, para ahondar en otro tópico del Sur profundo, puede contribuir a entorpecer el problema, más que a la solución. Se sabe lo que hay.

José Joaquín León