HOY vuelve el Jueves. Algunos pensarán: como todas las semanas, siempre llega después del miércoles. Pero, naturalmente, se trata del verdadero Jueves de la calle Feria, que volverá a instalarse. El tradicional mercadillo (cuyo origen algunos sitúan en tiempos de San Fernando, o algún siglo por ahí) ha sido de lo último en volver, junto con la calle Hernando Colón cerrada, Santa Cruz vacío y las procesiones, que no han vuelto y sabe Dios cuándo volverán, a ver si da tiempo para la Virgen del Amparo. El Jueves hoy no abre sus puertas, porque no las necesita, sino que vuelven a instalar los puestos, si bien reducidos al 50%, con 68 a la semana.

Esta es una de las medidas estrellas de la desescalada: reducir lo que se daba. En el Jueves, de paso, aparte de fastidiar, se cumplen otros objetivos. Antes del confinamiento del coronavirus, ya hubo sus más y sus menos por el número de puestos, el lugar que ocupaban, los vecinos que debían entrar volando en sus casas y otros asuntos de ese tipo. Ahora, gracias a la nueva anormalidad, los reducen y fijan unas distancias y punto. Algo que se intentó, pero era más difícil, ya que no había coronavirus.

El jueves está en el centro de la semana, siempre ha sido un día especial. Además de los tres jueves religiosos relucientes (de los que sólo quedaban dos en Sevilla, el Jueves Santo y el Corpus, y ambos se han perdido tal como eran conocidos), este día da mucho juego literario. Chesterton escribió una novela titulada El hombre que fue jueves, elogiada por Borges, con una trama muy bien construida y original. Es posible que ese libro se pueda encontrar en algún puesto del nuevo Jueves, que tampoco será como los de antes.

Ha sido de los últimos mercadillos en volver. También es competencia municipal de Juan Carlos Cabrera, que hará cumplir las medidas de seguridad, propias de la cogobernanza. Nada de productos en el suelo, todo en mesas; y habrá que mantener las distancias, además de usar mascarillas en toda la zona urbana que ocupa. Así la calle Feria se reconvertirá en Espacio Mascarillas, como si fuera el Lagoh, el Nervión Plaza, u otros centros comerciales con hidrogel. Al parecer, hoy bajarán las temperaturas, y eso que se aliviarán.

El coronavirus no ha podido con el Jueves, lo que demuestra la fortaleza de este mercadillo, donde algunos dicen que han comprado una obra de Murillo por 10 euros y que les han vendido imitaciones como si fueran de la escuela de Murillo por cien veces más. Todo eso forma parte de la Juevesfobia, una leyenda negra que con el tiempo se ha ido aclarando.

José Joaquín León