HEMOS leído en la prensa: “El Cecop monta un dispositivo especial para la Cuaresma y la Semana Santa”. Y lo hemos leído la semana pasada, en plena tercera ola, no fue hace dos años. Algunos pensarán que el Cecop actúa como si no hubieran suspendido todos los cultos externos de las cofradías (vía crucis y traslados inclusive), pero no es eso. El Cecop vigilará las colas de las exposiciones organizadas por el Consejo, los aforos de los teatros y otras así. Puede que incluso los aforos de las iglesias, que hoy aumentarán al 50%, si Dios quiere y el comité de expertos de la Junta permite que la ciudad de Sevilla pase al nivel 3 de las restricciones. El Cecop no se rinde. Una Cuaresma sin Cecop no es Cuaresma. Ya son como las torrijas, un elemento costumbrista propio de la idiosincrasia cuaresmal sevillana. Y han debutado. El pasado lunes, sin ir más lejos.

Controlaron el Vía Crucis de las hermandades, que se celebró en la Catedral con el Cristo de la Corona, estático, y con el aforo de 600 personas completo. Por los alrededores de la Catedral y el Archivo de Indias se observaba un amplio dispositivo, con no sé cuantos coches de Protección Civil y demás. Como si las bullas llegaran a la Puerta Jerez.

Una señora se paró y me preguntó:

-Oiga, ¿viene por aquí una manifestación en apoyo de Pablo Hasél? ¿Va usted a manifestarse por la libertad del rapero?

Yo iba con traje oscuro, corbata y escudito de la hermandad, así que no daba el tipo, por lo que le repliqué:

-¿Acaso tengo aspecto de ir a una manifestación de raperos podemitas?

La señora me dijo:

-Bueno, hoy en día no te puedes fiar de nadie. Podría ser usted un cargo del PSOE, que va a manifestarse contra su propio Gobierno. Yo ya no entiendo nada.

Le dije a la señora que tampoco era un alto cargo del PSOE, y que yo iba al vía crucis, donde acudiría Juan Carlos Cabrera, que sí es del PSOE y es el jefe del dispositivo del Cecop. Y que si ella quería entrar, que se pusiera en la cola de la Puerta de San Miguel y que no se colara.

También hay que entender que afrontamos tiempos confusos, en los que envían más policías a los vía crucis que a las manifestaciones alteradas por una minoría que siempre son los mismos, según dicen.

Pero a lo que iba, el Cecop nos vigila: vía crucis, colas de las exposiciones, aforos de los templos, conciertos, lo que haga falta... Ojalá hubiera Cuaresma todo el año y en todos los sitios. En Barcelona, por ejemplo, necesitarían un Cecop de Mossos que controle a los incontrolados.

José Joaquín León