EN estos días de traslado del Señor de Sevilla a Los Pajaritos, han ocurrido fenómenos portentosos. Sin entrar en lo religioso, menciono sólo dos profanos: nunca se había visto tanta gente de otros barrios en Los Pajaritos y nunca se había visto a ciertos políticos delante de unas andas. Por ejemplo, el edil Antonio Muñoz fue fotografiado en la basílica del Gran Poder, antes del traslado, no siendo persona de costumbres capillitas hasta el momento. A partir de ahí, parece que ha ganado puntos para ser el candidato del PSOE en la sucesión de Espadas. Aunque tampoco se debe olvidar que Juan Carlos Cabrera, como responsable de las Fiestas Cofrades y la Policía Local, se juega mucho y tiene velas en este asunto.

Pero lo más tremendo para la sucesión ha sido la encuesta del Centro de Estudios Andaluces. Aparte de que las encuestas son como las de Tezanos, pero en clave andaluza, a Juan Espadas lo han puesto fatal. Según sale, va a empeorar los resultados que llevaron al relevo de Susana Díaz. No pasarían del 40% entre Espadas y todo el batiburrillo fané que hay más a la izquierda, con los de Unidas Podemos, los anticapitalistas de Teresa Rodríguez, los errejonistas de Esperanza Gómez, las plataformas andalucistas y otros partidos que caben en un taxi con el conductor incluido. Y todo eso sin necesidad de que Macarena Olona salga bailona. Así que entre las tres derechitas (como decía aquella) alcanzarían el 60% de los votos.

Puede parecer increíble. Y lo es. No obstante, entre los militantes del PSOE cunde la perplejidad. Porque otras encuestas coinciden en lo esencial. Es casi seguro que Juan Espadas va a dejar la Alcaldía de Sevilla para pasar a liderar la oposición andaluza en la próxima legislatura. A no ser que convenza a Juanma Moreno para que le ceda algunas consejerías y monten una gran coalición a lo Angela Merkel.

Otras encuestas profetizan que la Alcaldía de Sevilla podría volver al PP. No tanto por el efecto de José Luis Sanz como por la salida de Juan Espadas, que era (y es) el mejor candidato a la Alcaldía que tiene el PSOE sevillano. Las salidas por peteneras suele penalizarlas el electorado; con lo cual la operación del sucesor también podría ser ruinosa. Y entonces da igual presentar a uno más capillita o a otro menos.

Está clarísimo que el mejor sucesor de Juan Espadas que tiene el PSOE para la Alcaldía de Sevilla es Juan Espadas. Eso se sabía desde antes de que le dieran el billete para el Senado a Susana Díaz. En el afán de arreglar el patio andaluz, pueden perder dos casas. Lo peor para el PSOE es que tiene un coste a pagar, y que lo asumen.

José Joaquín León