EN aquel tiempo, la televisión (o sea, TVE, la única televisión) retransmitía combates de boxeo y corridas de toros, además de los partidos del Real Madrid. De todo aquello, sólo ha resistido el Real Madrid. Se llegó a la conclusión de que era políticamente incorrecto televisar las corridas de toros por la tarde y los combates de boxeo por la noche. Sangre, violencia, dolor, un mal ejemplo para los niños. Así que los han sustituido por debates políticos, donde los participantes insultan, menosprecian, fomentan el odio y el revanchismo. Hay broncas y son broncos. Pero no se dan ni un gancho, ni un directo al hígado, ni tira nadie la toalla.

En aquel tiempo, en la televisión (o sea, TVE, la única televisión) aparecían Urtain, Perico Fernández y José Legrá, o incluso Cassius Clay (que se cambió el nombre a Mohamed Alí), George Foreman, Joe Frazier y otros así, en los combates de los pesos pesados norteamericanos. La gente se sentaba delante del televisor en blanco y negro, y el comentarista decía que el boxeador era blanco o negro, sin que lo acusaran de racista. En general, eran mejores los negros. En las partidas de ajedrez de Karpov y Kasparov se hablaba también de las blancas y las negras. Entonces había censura y no se podía hablar de casi nada. Ahora no hay censura y tampoco se puede hablar de casi nada. Ahora se insulta más que se habla.

Para lo que se habla es mejor callarse. En este tiempo, ya no ponen en las televisiones (ahora las hay de todos los colores, y Feijóo no quiere ir a TVE, porque la considera tan parcial como el CIS de Tezanos); en este tiempo, digo, ya no hay combates de boxeo televisados. Ya no se dan mamporros como los de antes, porque hay que educar bien a los niños. En este tiempo, han sustituido los combates de boxeo por los debates cara a cara entre los aspirantes a presidente del Gobierno. En vez de Mohamed Alí tenemos a Pedro Sánchez, pero el lenguaje de la agresividad es el mismo. “Va a noquear a Feijóo”, decían sus admiradores. “No le durará ni el primer asalto”, especulaban otros. “Debe buscar el KO por la vía rápida, pero sin descuidarse”, objetaban los más prudentes. Y, al final, ganó Feijóo a los puntos. Y salió vivo y saludando. “Ha sido una sorpresa, mejor de lo esperado”, dicen en el gimnasio del PP.

Los niños aprendieron que le pueden decir a sus compañeros que son unos mentirosos. Y que deben tener cuidado con las malas compañías. Las calles de Sevilla estaban vacías, a 35 grados y ya era de noche. Después resultó que no había tanta gente viendo el espectáculo. La ola de calor causa estragos. Eso pasa por convocar elecciones para el 23 de julio. Ya se dijo que es motivo para un voto de castigo. Pero él se creía Mohamed Alí.

José Joaquín León