HEMOS leído en la prensa que los resultados del 23-J han sido una gran sorpresa. ¿Qué ha pasado? La diferencia entre las municipales y autonómicas del 28 de mayo y las generales del 23 de julio se explica por los nefastos pactos del PP con Vox en algunas autonomías. No era difícil de intuir. Yo lo escribí en este Diario el domingo 9 de julio: “La clave de las elecciones generales estará en los pactos del PP con Vox. Es decir, la influencia de las negociaciones surrealistas en varias regiones a la hora de determinar el voto de los indecisos”. Y añadía que, según lo que pasara con Vox, “el PSOE puede recuperar las ilusiones de una victoria, o resignarse a un improbable milagro de última hora con las cuentas de Frankenstein”.

Las cuentas no engañan. Desde que se fue Zapatero, el PSOE tenía su techo en 7,5 millones de votantes (conseguidos en abril de 2019) y el domingo alcanzó 7,7 millones de votos. Por el contrario, tenía su suelo en los 5,4 millones de votos de 2016, cuando se quedó con 85 escaños. Pero entonces Unidas Podemos estuvo cerca del sorpasso, y consiguió 71 escaños, con 5,0 millones de votos. Es decir, entre el PSOE y la izquierda unida y podemita (ahora llamada Sumar) suelen conseguir algo más de 150 escaños (en estas elecciones 153) y unos 10 millones de votos. El domingo no han avanzado, porque el PSOE mejora a costa de Sumar y del voto útil en Cataluña a costa de ERC. Pero tampoco han perdido votos y el sanchismo ha seguido vivo.

El PP consiguió su última mayoría absoluta en 2011, con 10,8 millones de votos que le dieron 186 escaños a Rajoy. En el 23-J se han quedado en 8,0 millones de votos y 136 escaños. Casi igual que en 2016, cuando Rajoy tuvo 137 escaños, con 7,9 millones de votos. A Vox le ha recuperado 19 escaños. Pero, por culpa de sus pactos con Vox, ha perdido la oportunidad de recuperar 25 escaños al PSOE. El PP necesitaba restar un millón y medio de votantes al PSOE y un millón de votantes a Vox. Y sólo ha conseguido medio millón de Vox.

Ha pasado al revés que en Andalucía. Los indecisos de centro izquierda votaron a Juanma Moreno para que Vox fuera irrelevante. Pero esta vez muchos han votado a Sánchez para frenar a Vox. ¿Por qué? Vox asustó a las mujeres, los homosexuales, los catalanes, pidió ministerios por adelantado… ¡Un espanto del voto moderado! Vox fue el mejor aliado de Pedro Sánchez, que se centró con el miedo a Vox, mientras Vox daba miedo. ¿Y qué ocurrió? Han conseguido una España dividida e ingobernable, sometida a Puigdemont y los separatistas.

José Joaquín León